Entrevistas

"La crisis es consecuencia de una exuberancia irracional"

-Hora de elecciones. ¿Qué encontrará el ganador?

-Un montón de desafíos. El país está metido en dos guerras, Iraq y Afganistán, y fue el que inició el giro económico descendente, que parece profundo y largo.

-¿Se atreve con una apuesta?

-No soy experta en sondeos, pero los números son muy fuertes a favor del senador Obama.

-¿Habrá un presidente de color?

-No es cuestión de raza, ni de personalidad, sino de temas. Empecé la carrera presidencial con la senadora Clinton y ahora estoy en el equipo que asesora a Obama: sus programas son parecidos.

-¿Qué destaca en la campaña de Obama?

-Se ha centrado en el cambio. Muchos americanos están preocupados por la guerra y la reputación de Estados Unidos en el mundo. Y ahora, también por la economía.

-¿Y qué pasa si gana McCain?

-Todo seguirá como hasta ahora.

-¿Qué originó la espiral descendente?

-La insensibilidad al riesgo. Hace un par de años la gente conseguía dinero para hacer las cosas más costosas, como comprar casas y jugar con su valor. Se desarrollaron nuevos instrumentos financieros...

-¿Sin que nadie avisara del peligro?

-Los estudiosos del sistema financiero decían: "Nadie parece percibir ningún riesgo". Había mucha facilidad para conseguir préstamos.

-Y todos se endeudaron.

-Un montón, especialmente en el mercado de la vivienda. Se construyó demasiado y la gente pidió créditos que no podía pagar. De repente todo empezó a desintegrarse y el precio de la vivienda bajó.

-¿Así de simple?

-Ése fue el comienzo. Después han pasado muchas más cosas. Resulta que un montón de instituciones financieras de todo el mundo se expusieron a estos préstamos de riesgo con los llamados productos superderivados en torno a los hipotecas subprime.

-¿Superderivados?

-Son productos basados en el supuesto valor subyacente de un activo. Todos estaban sobrevalorados y cuando se producía un problema específico se transmitía como un efecto cascada.

-Me temo que me he perdido.

-Suponga que una parcela está asegurada en cien mil dólares. A partir de ahí se empiezan a emitir títulos, la gente los compra y llega un momento que hay un billón de dólares sobre esa propiedad.

-¿Culpa a la ingeniería financiera?

-Los ingenieros financieros crean productos muy útiles. El problema se presenta cuando no están regulados, como ocurrió con los llamados credit default swaps, que son una forma de aseguramiento.

-¿Qué problema ha habido ahí?

-Imagine que compro deuda privada y me aseguro con un tercero por si esa deuda no me la devuelven. ¿Pero cómo sabe que yo tengo un seguro del otro cuando me aseguro con usted? Había una falta total de transparencia.

-¿Debemos protegernos de los bancos?

-El problema es sistémico, fruto del periodo de desregulación. Había reglas que podíamos haber utilizado y muchos préstamos nunca se hubieran concedido.

-¿Tan fácil era obtenerlos?

-Si alguien va y te dice: quiero ofrecerte un préstamo y me da igual que puedas pagarlo, porque a mi me pagan si consigo que firmes. Y también el banco cobra por darte el préstamo.

-¿Una hilera de honorarios?

-Hasta el punto del más sofisticado producto. Si uno de los bancos creó una cédula hipotecaria basada en tu préstamo, que tú no vas a poder pagar, yo la vendo y vuelvo a cobrar comisiones.

-¡Qué locura!

-Es bastante divertido. Hay un libro de Kindleberger, Manías, pánicos y depresiones, sobre las situaciones en la historia que terminaron en un crack espectacular. Y siempre nos hemos preguntado cómo hemos podido ser tan locos.

-¿Tiene alguna respuesta?

-Diría que es consecuencia de una exuberancia irracional y contagiosa. Alguien te dice: "¡Mira qué buen negocio puedes hacer ahí!". Y piensas: "Oh, señor, debería hacerlo, si me lo recomienda mi amigo...". Lo haces porque todo el mundo lo hace y es natural.

-¿Dónde estaban los economistas?

-Los economistas sabíamos que había un riesgo, especialmente en los mercados de capitales. Pero nadie pensó que ocurriría algo tan gordo.

-¿Cuánto llevará salir de ésta?

-Depende de lo que hagan los gobiernos, que en este punto tienen un papel muy importante. Si el mercado privado está roto, necesitamos reconstruir las instituciones.

-¿De ahí las inyecciones de capital?

-Es evidente que están ayudando.

-¿Resolverán el problema?

-Queda un segundo round. Las instituciones que han recibido capital adicional todavía tienen muchos fondos malos y tienen que intentar limpiarlos y reducir su influencia.

-Pero mientras, la cosa empeora.

-Porque la economía real está hambrienta de créditos. Los mercados bursátiles están reflejando esa penosa situación y por eso tenemos una recesión.

-¿Cuál es la buena noticia?

-Si al final has restaurado los mercados financieros, y ello te toma el 10% del Producto Interior Bruto durante algunos años, será llevadero. Creo que podemos permitírnoslo.

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