Guillermo Antiñolo Gil, médico e investigador

"Hay cosas que hago que sería difícil hacerlas en la privada"

"Hay cosas que hago que sería difícil hacerlas en la privada"

"Hay cosas que hago que sería difícil hacerlas en la privada" / José Ángel García

-¿Usted es religioso?

-Depende de lo que se entienda por religioso. No soy creyente, si es la pregunta.

Los sanitarios estamos muy mal pagados. No los médicos, sino todos los que trabajan en el sistema"

-Y sin embargo dicen que usted hace milagros.

-Bueno, sí. Porque la gente tiene tendencia a hacer un relato de los hechos. Y a veces los que van más allá de lo esperable se traducen como milagros. Pero no existen: es todo producto de la ciencia, la tecnología y el esfuerzo aplicados a un determinado asunto.

-Este 2018 se cumplirán diez años del primer bebé medicamento. En nueve años han logrado que nazcan tres, uno cada tres años de media, ¿eso lo da la casuística o la excelencia de su equipo?

-Es como lo de los milagros. El azar y la necesidad siempre están ahí. Y por supuesto la excelencia del grupo y el trabajo de muchos años. Algo así no se construye de un día para otro. Funciona como un modelo de información fragmentada pero sin fragmentar. Intentamos que distintas piezas de información, sea investigación, sea clínica o de resultados de salud, estén en el mismo sitio y haya un rápido traslado de la investigación a la aplicación clínica. En eso el equipo es esencial. Y desde luego tengo que reconocer que los resultados son excelentes, lo que no deja de ser sorprendente porque nuestros recursos son los de un sistema público.

-La percepción es que, en España, es difícil lograrlo fuera de lo público, ¿no?

-Lo público no nos da una ventaja competitiva en términos de excelencia. Da una ventaja a todo el mundo en términos de acceso a un servicio. Pero la excelencia o no depende de los profesionales, de las oportunidades que aprovechan y de pensar las cosas. El futuro es un pensamiento fabulado. No se construye si no piensas hoy que quieres que las cosas sean de una determinada manera. Y luego pueden ser o no. Por eso digo lo del azar y la necesidad. Si haces las cosas de una determinada manera, pueden encajar en el futuro con una de las opciones que planteaste. El sistema público no te da la excelencia: lo da pensarlo, prepararlo, crear un equipo que permita ejecutarlo con ellos y esperar que la suerte, o la fuerza, te acompañe. Para todo hay que tener suerte. Hasta para la mala.

-¿El sector privado le ha tentado alguna vez?

-Siempre te tienta. Lo que pasa es que sí es que verdad que en nuestro país es difícil hacer algunas de las cosas que hago desde la práctica privada. Siempre digo que he cumplido todos mis sueños. Ganar mucho dinero no ha sido mi máxima ilusión. Me gano bien la vida. Es difícil pensar que había un entorno mejor para mí, porque también soy profesor en la Universidad. Pero sí que tienta y en el sector privado se gana una cierta cantidad de dinero. Los sanitarios estamos muy mal pagados. No digo los médicos. Digo todos los que trabajan en el sistema público de salud. No digo el andaluz, digo todos. La mayoría necesita otro trabajo extra para vivir de forma digna.

-Pero es estandarte de ese sistema público, si se habla de excelencia, muchas veces se le pone de ejemplo en el SAS a usted.

-Porque en el sistema público se pueden hacer muchas cosas. No provoca la excelencia pero sí permite desarrollarla. Tiene recursos y aplicaciones que otros sistemas no tienen. Forma a los médicos, por ejemplo. No habría especialistas sin el sistema público y eso se olvida cuando se habla de costes y resultados. Tiene un control que al menos en España el privado no tiene. Y tiene un case mix -la capacidad de atender a pacientes de alta complejidad- que la privada no tiene. Y lo de estandarte, pues me alegra, mucho mejor que un futbolista. Lo digo sin acritud.

-¿Desde lo público también le tentaron, no?

-[Sonríe] De lo público me han tentado, pero hay que estar preparado para desarrollar retos. Si no lo estás o no es el momento oportuno, no para mí, que también, sino para el conjunto del sistema, no tengo especial interés en ser el muñequito de la tarta de la boda. Por eso mi respuesta fue que no.

-¿Le tentaron precisamente por ser estandarte frente a las disfunciones del SAS?

-Una persona no arregla las disfunciones del sistema público. Ni hace falta ser nada para arreglarlas. Hay una cierta brecha entre la política y la sociedad civil. No critico a los políticos, porque como una compañera suya me recordaba hace poco, no vienen de Marte, son fruto de lo que somos. También la sociedad civil es responsable de esa brecha. Los médicos nos hemos abierto y ganado en transparencia, somos más genuinos, entendemos y consideramos las opiniones de los pacientes. Empatía, comunicación y trabajo en equipo son bases que aplico en todo.

-¿Pero qué siente alguien que logra esos éxitos cuando la política hace escarnio del sistema por asuntos que son menores respecto al servicio que presta?

-Es que el sistema es excelente en términos de resultados. Me parece fatal. Hay temas que deberían sacarse del debate. No sólo no mejoran nada sino que alejan el debate de la realidad.

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