Mara Torres, periodista y escritora

"Si hay alguien que ha trasnochado desde hace 20 años soy yo"

Mara Torres

Mara Torres / Víctor Rodríguez

-¿Cómo se sobrevive a ser finalista del Planeta con La vida imaginaria?

-Dándose un tiempo para resucitar. Positivamente hablando, el finalista del Planeta es un premio magnífico. Es la mayor sorpresa que me ha dado mi vida profesional, porque te dispara con una primera novela a todas las librerías, a todos los escaparates y a muchísimas casas sólo por ganar un premio de esa envergadura.

-Es una presión más.

-Te pone en la lupa de la crítica, de los lectores y de la prensa. ¡Qué menos! Cuando gané el premio le dije al jurado que me sentía muy agradecida, pero no tenía más novelas en el cajón y no me podía comprometer a escribir más.

-¿Cómo lo llevó?

-Con paciencia. Cogí aire y entonces apareció la idea de Los días felices.

-Ha tardado cinco años en publicar otra novela.

-Para mí era muy importante escribir sin responder a ninguna expectativa y para eso necesitaba quitarme lo que había supuesto llegar a ser finalista del Planeta. Es verdad que, a diferencia de la primera novela, ahora sabía que esta novela contaba con lectores.

-Tiene una estructura muy original.

-Los días felices cuenta un encuentro entre Miguel, el protagonista, y Claudia, una chica que lo llama de forma inesperada una tarde y pasan juntos 24 horas. Eso no es original. Sí lo es cómo está planteado el flashback del protagonista. A partir de esa cita se narra la vida de Miguel en los últimos 20 años a través del día de su cumpleaños cada cinco años.

-Un amor platónico que retorna, crisis de los 40... Eso suele acabar en divorcio.

-Sin destripar nada, lo que decidí hacer con los protagonistas, lo hice casi al final. No sabía si convertir su historia de amistad en amor o no. Estoy segura de haber acertado. No fue baladí.

-¿El ser humano es un insatisfecho patológico?

-Patológico, no. Es insatisfecho por naturaleza. Pero creo que la insatisfacción nos hace avanzar.

-¿Su receta para ser feliz?

-Me gustaría que fuera como en las películas, donde si uno no es feliz sale corriendo en busca de la felicidad. Pero no es verdad. En la vida real vemos entrar la infelicidad por la puerta y, en vez de salir por la ventana, nos quedamos esperando a ver qué pasa. Y es que no es fácil romper con todo para buscar la felicidad.

-Uno de sus personajes dice que "el amor es mentira".

-Y nos convierte a todos en unos impostores. Lo dice uno de los personajes, pero yo no lo comparto. Creo que el amor es verdad [risas].

-¿Ver que la muerte se acerca nos hace madurar?

-Hay un poema de Gil de Biedma, al que recurro en la novela, No volver a ser joven, que dice: "Que la vida iba en serio / uno lo empieza a comprender más tarde". Hay hechos que nos hacen entender y asumir que la vida va en serio, como tener un hijo o perder a un ser querido.

-Su carrera, desde Hablar por hablar en la Ser, está ligada a la noche. Suma peligrosa esa de periodista, noche, crápula...

-Mi vida está ligada a la noche en todos los sentidos, no sólo en el trabajo [risas]. Depende de cómo se entienda crápula, pero desde luego si hay alguien que ha trasnochado desde hace 20 años soy yo. Me gusta mucho la noche.

-Créame que la entiendo.

-Llevo tantos años trabajando hasta altas horas de la madrugada que me cuesta entender el orden de otra manera. Es verdad que no renuncio a salir, por lo menos, una noche a la semana hasta las tantas. Pero soy disciplinada y me levanto temprano.

-¿Y enciende la radio para dormir?

-No, ya no. Como verdaderamente soy disciplinada, siempre me levanto a las nueve aunque me haya acostado tarde.

-¿Tiene buen despertar?

-Siempre lo he tenido. Me despierto con mucha energía. Soy capaz de levantarme de la cama haciendo una pirueta [risas].

-Presenta uno de los informativos más respetados en TVE. Tiene mérito.

-Estoy profundamente orgullosa del equipo de La 2 Noticias. Todo lo que soy informativamente en TVE se lo debo a ellos.

-¿Es una quimera eso de una televisión pública independiente?

-Puede que lo que sea una quimera sea la independencia en general. Hay herramientas en la Constitución que nos acercan más a un modelo independiente. La ley que se ha firmado hace poco nos acerca más a un televisión independiente.

-¿Y por qué TVE no para de caer en audiencia?

-Eso no es verdad ahora. Quizás hace seis meses sí. Los informativos del mediodía y del fin de semana son líderes en su franja horaria.

-Hay sonados fracasos.

-Es verdad que una televisión pública no debe tener como único objetivo responder a la audiencia. Pero la audiencia tiene que avalar en una televisión pública, por lo menos, los servicios informativos.

-¿Qué le parece tanto programa de debate político?

-Por un lado, han despertado el interés de los ciudadanos por la política. Y por otro, creo que se necesitan espacios más vinculados a la reflexión que a la opinión.

-Menos mal que en su novela no hay política.

-Fue algo que hice premeditadamente huyendo de mi realidad. Ahora lo agradezco infinitamente y creo que los lectores también. El lector no la echa de menos en el objetivo de la novela: el retrato sentimental de un personaje.

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