Augusto Ferrer-Dalmau, pintor militar

"Nadie debería ofenderse por la verdad de la historia"

Augusto Ferrer-Dalmau

Augusto Ferrer-Dalmau / Vanesa Lobo

-Se dedica usted a pintar acontecimientos históricos que sucedieron hace cientos de años. ¿Cómo se las ingenia para viajar en el tiempo?

-A fuerza de documentación, ya sea en forma de visitas a expertos, a bibliotecas, museos, colecciones y amigos que saben de la materia.

-Leí en una ocasión que, años después, sigue usted sorprendiéndose cuando afronta el reto de documentarse para pintar un cuadro. ¿Se ha llevado sorpresas durante el proceso?

-Pues muchas, muchísimas veces. Por ejemplo desconocía al pintar el cuadro La marcha de Gálvez que ya entonces, cuando España ayudó a los norteamericanos en su Guerra de la Independencia, había hombres negros que eran libres o, por ejemplo, que los nativos americanos ayudaron a los españoles en su marcha al igual que los mismos colonos. En verdad es que no hay un cuadro que pinte que no me sorprenda en la fase de documentación. El cuadro viajará en breve a Estados Unidos.

-Frecuenta usted zonas de conflicto, tales como Líbano o Afganistán. ¿Son más difíciles de pintar las guerras de hoy en día?

-Es evidente que los uniformes de los soldados de la actualidad son menos bonitos que los de hace siglos. Pese a todo, el entorno hoy en día cobra especial protagonismo. Hace apenas unos días estuve en Malí, a más de cuarenta grados a la sombra, tomando apuntes de los soldados españoles y de la importantísima labor humanitaria que allí desarrollan.

-A usted y a otro experto en batallas como es el periodista y escritor Arturo Pérez Reverte les une una estrecha amistad...

-Así es. Es mi mejor amigo desde hace muchos años. Es una amistad real y muy profunda. A los dos nos unen muchas cosas. A ambos nos gusta la historia de los ejércitos, los uniformes, la vida militar, las historias de los soldados...

-¿Desde cuándo ejerce como pintor de batallas?

-Desde finales de los años 90. Desde hace unos 20 años aproximadamente. Antes pinté otras cosas, como paisajes urbanos. La pintura militar es mi actividad profesional y tengo en la actualidad numerosos encargos.

-¿Cuánto tiempo tardaría en pintarme un cuadro si se lo encargara en este preciso momento?

-El tiempo de espera suele estar ahora mismo en el entorno de los tres años.

-Recientemente en Jerez, en el transcurso de un acto de la Academia de la Diplomacia y de un homenaje al rejoneador Álvaro Domecq, usted le regaló un conquistador español a caballo y lanza en ristre. ¿Por qué eligió ese motivo?

-Porque a mi juicio resume buena parte de lo que, como apasionado de los caballos, siento al ver a este hombre haciendo su trabajo. Además, el cuadro resume la esencia de lo español en una conquista de América que se hizo a lomos de caballos de Jerez de la Frontera.

-Si algo le caracteriza es que sus obras no son precisamente pequeñas...

-Es cierto, suelen tener una anchura mínima de dos metros. Son así.

-¿Qué cuadro le queda por pintar?

-Pues ya tengo en la cabeza la obra que creo que será el culmen de mi carrera. Se llamará La toma de Tetuán.

-¿Sobre qué motivo versará en concreto?

-En esta batalla participaron los catalanes. Acudieron a la llamada como voluntarios y, para ser los primeros en colocar la bandera española, hicieron un castillo humano de castellers y un niño subió hasta la cumbre para colocarla. Ese será el motivo.

-Me parece que a algunos sectores políticos no les va a gustar precisamente el cuadro...

-Nadie puede enfadarse. A fin de cuentas es historia. Nadie la puede negar. La historia es verdad. Y nadie debería ofenderse por la verdad de la historia.

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