Juan Pérez Mercader. Astrobiólogo

“Fabricaremos hígados sintéticos y medicinas y vacunas a la carta”

  • Tiene 61 años y una extraordinaria carrera científica a sus espaldas, lo que no impide que mire a su alrededor con ojos de niño y se admire de lo bien hecha que está la vida. Nacido en Alcalá de Guadaíra (Sevilla) y onubense de adopción, dice creer profundamente en el ser humano y en el futuro del planeta Tierra, al que le quedan cinco mil millones de años antes de que lo evapore el Sol. Experto en Física Multiescalar aplicada a Astrofísica y Cosmología, su interés se centra en el conocimiento del Universo, especialmente la vida: dónde puede haberla, por qué ha surgido en la Tierra y cómo se expande. Fundador del Centro de Astrobiología, que dirigió durante ocho años, preside el Comité Andaluz para la Sociedad del Conocimiento. Vive en Madrid, con largas temporadas en EEUU. No tiene hijos.

–¿Qué le ocupa ahora?

–Desarrollo un proyecto para tratar de sintetizar seres vivos. Intento construir un ser químico, similar a una bacteria, sin partir de nada vivo. Hacerlo ex novo. 

–¿Pretende lograr vida de la nada?

–Tengo algunas ideas muy precisas que me permiten pensar qué se puede hacer.

–¿Cómo?

–Inventas las piezas de ese ser sintético, en qué consiste su metabolismo, cuándo y cómo se reproduce, cómo pasa la información a sus descendientes  y cómo se adapta. 

–¿Y a qué se parecería?

–Ni a usted ni  a mí, desde luego. Será algo muy pequeñito, mucho más pequeñito que una pulga. Aunque sepa que una bacteria tiene dentro trillones de átomos.

–Es como jugar a ser Dios…

–La ciencia va por un  lado y la religión por otro. No hago sino seguir la pauta del descubrimiento que inició el ser humano hace mucho tiempo. Seguro que el primero que generó fuego pasaba por ser el dios de la época. 

–¿Usted no estudiaba las galaxias?

–Lo que usted quiere saber es por qué, habiendo estudiado las galaxias y conociendo el funcionamiento de las partículas elementales, me intereso por la estructura de los sistemas vivos.

–En efecto.

–Es un derrotero intelectual al que he llegado tratando de entender por qué existe vida en la Tierra.  Los principios de la física son extraordinariamente importantes para entender la evolución de la materia que pudo generar la vida que conocemos.

–¿Qué falta por explicar?

–Entendemos cómo el Universo ha ido desde el Big Bang a las galaxias, estrellas y planetas y cómo la vida, una vez que surge en la Tierra, ha ido evolucionando. Sin embargo, no entendemos el paso de la materia no viva a la materia viva. 

–¿Lo entenderemos alguna vez?

–Yo he llegado a la conclusión de que la diferencia está en los niveles de complejidad. El nivel de complejidad de un ser vivo es  mucho más alto que el de una estrella en sí misma. Hay que explicar cómo se da ese paso.

–¿Cómo es de complejo el ser humano?

–De los cientos de millones de especies sobre la Tierra el ser humano es la que mejor domina el entorno. Con nuestra inteligencia vamos descubriendo detalles de la naturaleza y los vamos dominando, hasta que somos capaces de copiarlos.   

–¿Qué podremos copiar?

–Hígados, por ejemplo. Haremos repuestos sintéticos de hígado. Y medicinas y vacunas específicas para cada cual, a la carta. El futuro nos depara cosas muy interesantes.

–Y tanto.

–Las videoconferencias holográficas están a la vuelta de la esquina: podrá ver una imagen en tres dimensiones de la persona con la que esté hablando. También dejaremos de leer con los ojos.

–¡No me diga!

–Te echarán un haz y te habrán metido El Quijote en la cabeza. Lo habrás leído entero, asimilándolo. Todo ello requerirá de leyes que nos protejan, porque habrá gente que querrá utilizar esos avances para controlarnos.

–¿Habrá más como nosotros por ahí fuera?

–Sólo conocemos la vida de la Tierra, pero pensamos que se han debido dar condiciones similares en muchos lugares del Universo.

–¿En Marte también?

–En Marte quizás hubo una época en la que existió vida, incluso en su superficie. Hoy en día pensamos que puede haber nichos habitables en la subsuperficie del planeta.  

–¿Con vida microscópica? 

–Así es. Queremos encontrarla porque pensamos, con las ideas que tenemos sobre cómo surgió la vida en la Tierra, que se pudieron dar esas circunstancias también en Marte.

–¿Buscaremos en planetas más lejanos?

–Ya lo hacemos. Hace algunas semanas se lanzó desde Cabo Kennedy un satélite, el Keppler, que intenta localizar planetas de roca como el nuestro mirando a una zona del cielo situada a años luz. 

–¿Cómo lo hace?

–Mira si el planeta oscurece a la estrella cuando pasa por delante. También hay detectores que permiten ver si, al girar alrededor de su sol, produce un ligero movimiento, lo que significa que tiene masa. 

–¿Y cómo sabremos si tienen atmósfera?

–Un investigador de la Universidad de Harvard ha descubierto planetas con atmósfera en estrellas muy distantes, ayudándose de una técnica que inventó un español a principios del siglo XX.

–¿Quién era ese español?

–Josep Comas i Solá. Descubrió que había atmósfera en  un satélite de Saturno, Titán, observando que cuando cubría una estrella se distorsionaba la luz un poquito antes de llegar a la parte sólida.

–¿A qué planeta le gustaría a usted volar?

–Me gustaría explorar Marte y pasear por Europa, el satélite de Júpiter. Ya puestos, visitaría Encélado, un satélite de Saturno que tiene kaisers enormes, con motas de polvo de hielo que contribuyen a formar los anillos.

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