Elena mayoral, directora del Aeropuerto Madrid-Barajas

"Barajas es la ruta más corta entre Latinoamérica y Asia"

Elena Mayoral, en Barajas.

Elena Mayoral, en Barajas. / M.G.

-En 2007, Barajas registraba el pico más alto de pasajeros, pero llegó la crisis y vapuleó las cifras. Usted aterriza aquí en 2013, en uno de sus peores momentos.

-Efectivamente, el récord fue en 2007, con 52 millones de pasajeros, un año después de la inauguración de la T4 y la T4s. Los siguientes años comienza la crisis internacional, se reestructura Iberia, que era la compañía bandera del aeropuerto, se abren las líneas de tren de Alta Velocidad y, además, había otros destinos que habían trabajado mucho en su promoción, pero no era el caso de Madrid. Yo llegué en el 2013 y el volumen era de 39 millones, el año pasado cerramos con 50 millones y medio.

-¿Qué se ha hecho para corregir en tan poco tiempo las cifras?

-En el año 2012 se constituyó el Grupo de Rutas del aeropuerto entre el Ayuntamiento, la Comunidad de Madrid, la Cámara de Comercio, TourEspaña y Aena. Así, si una compañía está interesada en operar aquí, lo primero que hacemos es un Plan de Negocio para ver cuántos pasajeros están llegando a destino de forma indirecta, con otra escala, para que conozcan el volumen de pasajeros de cara a establecer una nueva ruta. También ha contribuido la reestructuración de Iberia, que opera en hub (centro de conexión desde el que salen vuelos de larga distancia), y además ahora también lo hace AirEuropa, sobre todo con Latinomérica. Somos de los pocos aeropuertos que tienen dos compañías que operan en hub. Barajas es la puerta de Europa hacia Latinoamérica, con una cuota de entrada del 25%. Además somos la ruta más corta entre Asia y Latinoamérica. Esto es algo que ahora estamos fomentando muchísimo. Asimismo, las aerolíneas del Golfo han ido aumentando frecuencias y número de pasajeros, y, en el tema de bajo coste, también ha influido la creación de Iberia Express..., en definitiva, ha habido muchos factores que han conseguido recuperar cifras.

-El aeropuerto se autofinancia, sus ingresos vienen de la oferta comercial y de las tarifas que se les cobran a las compañías; cuando llegó usted las subió. ¿Ya se han adaptado?

-Sí, Aena no se nutre de los Presupuestos Generales del Estado. Cuando a todos nos suben el precio de algo tendemos a opinar al respecto. Aún así, debo decir que la media de las tarifas de hub son el doble que las nuestras para un vuelo europeo. Además, tenemos previsto reducir en 5 años un 11%.

-En los últimos años ha evolucionado mucho la parte comercial.

-Sí, hay gente que a veces comenta que tenemos muchas tienda, pero nosotros lo que pretendemos es satisfacer las necesidades de todo tipo de pasajeros. Hay algunos que están en conexión y pretenden hacer una escala rápida; por tanto, nosotros tenemos que hacer todo lo posible para que esos trámites se agilicen. Pero también tenemos que pensar que hay gente que dispone de más tiempo y quieren una amplia oferta de restauración, comercial y algunos servicios como las guarderías. Además, Entre estos pasajeros, los hay que quieren restaurantes de una estrella Michelín y los que quieren una hamburguesa; nosotros buscamos barrer todo el espectro.

-¿Cuales son las principales dificultades de tu trabajo?

-Somos 40.000 personas, así que inevitablemente cada uno tiene sus dificultades e intereses. El aeropuerto es un ser vivo en el que continuamente buscamos mejorar la experiencia por la que van a pasar no solo pasajeros, sino empresas y compañías. Todo esto sin dejar de atender todas las incidencias del tiempo real.

Son 365 días, las 24 horas del año, pero en Barajas, y en general, en el resto de aeropuertos, hay gente muy implicada. La aviación es un mundo que atrae mucho, aunque es muy sacrificado.

-¿Ha modificado en algún aspecto el trabajo de Aena el boom de las compañías low cost?

-Nosotros ofrecemos a todas las compañías lo mismo. Fíjese, yo creo que en los últimos años los mayores cambios los ha pedido el pasajero. Antes no nos demandaba tanta calidad y tantos servicios; nos hemos tenido que adaptar mucho. Antes igual al pasajero le apetecía tomarse algo, pero no era lo fundamental; sin embargo, en los últimos años lo que busca es muy diferente. En general, el público pide más oferta, mejor y más rápida.

-¿Cómo ve la gente los controles de seguridad, agradece las medidas tomadas o les resulta un impedimento a la hora de viajar?

-Para nosotros será un logro que el pasajero pase por los controles y no lo note. Los estándares de seguridad son tan altos que nos parecen incómodos, pero es que gracias a ello, el beneficio es muy grande.

-Aunque en los últimos años hayan mejorado las cifras de pasajeros nacionales. ¿Se nota la presencia del AVE?

-Evidentemente, en estos años se han puesto en marcha varias líneas de AVE que pasan por Madrid, lo que ha hecho que se tengan que modificar algunas cosas. Hay una lanzadera que comunica estación con aeropuerto y además trenes de cercanías cada media hora.

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