Efectos en la zona este de la ciudad

El Limonar sucumbe a la venganza de sus arroyos

  • Desbordamiento de La Caleta y Café inunda locales y destroza coches en un tramo de 1,7 kilómetros de la avenida Pintor Joaquín Sorolla

El desbordamiento de los arroyos La Caleta y Café provocó ayer la inundación de decenas de aparcamientos, una veintena de locales comerciales y daños considerables en automóviles en un tramo de apenas 1,7 kilómetros, entre la avenida Pintor Sorolla y los Baños del Carmen, que quedó recubierto de una gruesa capa de lodo y masa vegetal arrastrada por la riada.

"A las 2:30 de la madrugada empezó a llover, a las 3:30 a granizar y media hora después intentaba con mi hija cerrar con una cuerda la puerta del garaje para evitar la entrada de agua y broza". Rafael Santiago, con botas de goma y pantalón de agua, retiraba ayer la mixtura de residuos, barro y agua que había alcanzado horas antes 70 centímetros de altura en el aparcamiento comunitario del número 67 de la avenida Pintor Joaquín Sorolla.

El proceso es siempre el mismo. El arroyo de La Caleta se desborda justo en la calle Ramos Carrión, por donde discurre casi a casi la misma cota de la calzada. El agua se sale y enfila el Paseo del Limonar en dirección sur, buscando la salida natural hacia el mar. En su recorrido inunda garajes, jardines y plantas bajas. "Hubo una complicación más, porque el granizo era tan intenso que taponó las alcantarillas", apunta Rafael Álvarez, presidente de la comunidad del número 23 del Paseo Limonar, mientras achican agua en el aparcamiento del edificio.

Más abajo, Jie retira montañas de granizo de la puerta de su bazar. "Cuando llegué a las 9:45 no podía abrir la puerta", dice entre palada y palada, mientras que en el número 9 del Paseo El Limonar Mar Gómez achica agua del aparcamiento con la ayuda del conserje de la finca. "Siempre igual. Pasó en 1989, en 2012 y muchas otras veces. El arroyo se sale y las alcantarillas están taponadas".

El siguiente hito que halla la riada es la avenida Pintor Joaquín Sorolla, donde, si la lluvia es tan intensa como la de ayer, el agua del arroyo y los residuos vegetales que transporta saltan sobre el paseo de La Caleta, inyectando más corriente a la avenida en ese punto. La fuerza de la riada alcanzó tal magnitud que desencajó la puerta de la Tintorería Císter, movió los escalones de la entrada y entró en el local. Dos plantas industriales, valoradas en 18.000 euros, una máquina secadora cuyo precio alcanza los 40.000 euros, la ropa colgada en las perchas inferiores, la totalidad el mobiliario y la documentación. Ángel Rodríguez achica agua y mira con desolación su negocio. "Abrí el 1 de febrero. Solo en licencias me he gastado 6.000 euros". No da crédito.

El agua no dio tregua y entró en todos y cada uno de los locales de la finca, mientras que la acumulación del granizo en la cubierta provocó filtraciones generalizadas en los techos.

Francisco Leal calcula en unos 25.000 euros los daños sufridos en su asesoría, también emplazada en el número 60 del Pintor Joaquín Sorolla. No oculta que está enfurecido. "Este es un problema recurrente. Cada cierto tiempo padecemos estas inundaciones por culpa del mal mantenimiento del cauce del arroyo de la Caleta". Secretario de la asociación de vecinos Miramar, subraya que periódicamente remiten escritos para exigir que se tomen medida pero "se echan las culpas unos a otros y no hacen nada", indica en alusión a la controversia que Ayuntamiento y Junta de Andalucía mantienen en relación con la limpieza de los arroyos.

Unos metros más allá, en el número 64, el subdelegado del Gobierno, Miguel Briones, se ve sorpresivamente en el doble papel de autoridad y damnificado. Los sótanos de la sede del Gobierno español en Málaga también se han inundado afectando a los archivos administrativos. Briones explicó ayer que el agua había alcanzado un metro de altura, aunque hacía la precisión de que no había afectado a los expedientes. Simplemente impedía el acceso a la zona donde están guardados, al tiempo que también se anegaron almacenes y los cuartos que albergan las máquinas de mantenimiento del edificio.

"Hemos solicitado a la Junta de Andalucía la limpieza del cauce tras el periodo estival". "¿El resultado? La propia lluvia lo pone en entredicho porque es la que ha limpiado los arroyos", sugiere el subdelegado del Gobierno no sin dejar de matizar también que la intensidad de la tormenta ha sido excepcional. José Luis Espejo, sin embargo, tira de móvil. "Hemos estado en el arroyo Mayorazgo y aquí se ve claramente que el agua está limpia", para subrayar a renglón seguido que "la limpieza de los cauces urbanos es competencia municipal".

En el número 57 de la avenida Pintor Joaquín Sorolla, en la zona de Parque Clavero, los vecinos miran desolados la decena de coches aplastados por la techumbre del aparcamiento comunitario. En este caso el culpable es el arroyo Café, apuntan Jorge Pérez y Rodrigo Garret, presidente y vicepresidente del edificio que también advierten que este es también efecto del planeamiento urbanístico que se ha hecho en la zona. El asunto es la calle Miguel Induráin. El tributo al ciclista es una calle con una inclinación solo propia de una etapa de montaña que encauza aguas procedentes del arroyo y las conduce a toda velocidad hasta el aparcamiento de la finca. La fuerza fue tal que la techumbre que guarecía los automóviles se desplomó. "Los bomberos vinieron tres veces, pero dijeron que no podían hacer nada mientras entrara agua".

El vecindario pasó casi toda la noche en vela. "A las tres y cuarto estaba aquí tratando de abrir la rejilla", explica señalando una modesta alcantarilla situada en el centro de la zona. Acumulan experiencia. Esta es la tercera inundación que han sufrido y saben que lluvia intensa equivale a problemas en el aparcamiento.

En el edificio, además, han sufrido daños 20 viviendas situadas en las plantas altas porque el granizo atoró las tuberías de los bajantes, provocando que el agua se filtrara desde la última planta hacia abajo.

La tromba de agua motivó más de 200 llamadas al servicio de emergencias 112, mientras que los bomberos de Málaga realizaron 60 actuaciones a causa de inundaciones, 50 siniestros por desprendimientos de ramas, troncos, piedras y tierra, así como 10 operaciones para rescatar personas atrapadas.

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