El Rocío

Vísperas del día grande del Rocío

  • Las calles de la aldea se llenan de actividad en la jornada previa al momento culmen: la salida de la Virgen

rocío 2016

El domingo en la aldea del Rocío es una jornada de sentimientos encontrados. La Misa de Romeros marca el inicio de un nuevo día de convivencia que culmina con el momento anhelado, el encuentro con la Blanca Paloma, y la emoción dará pasó a la nostalgia por el fin de otra romería.

El camino, ese que será recordado como uno de los más duros de la historia para muchas de las hermandades, por los estragos que han causado las intensas precipitaciones durante más de cinco días, es ya sólo un recuerdo. Ayer lucía el sol en las calles de la aldea, ganando animación conforme pasaban las horas tras la misa. Los porches de las casas, poco a poco, iban volviendo a ser testigos, como estos días atrás, de los cantes, los bailes, y la convivencia en torno a una mesa en la que no faltan la comida y la bebida ni para los que en ellas residen ni para todo el que llega de visita.

Todo en espera del momento culmen de la romería, la procesión del lunes de Pentecostés, esa por la que los rocieros llevan un año esperando. La salida en procesión de la Blanca Paloma, que supone un encuentro "cara a cara" con sus fieles, un acto de agradecimiento que mantiene durante el domingo a la aldea en una tensa calma.

Ante la llegada de ese instante, de ese momento especial para el rociero, este comienza a sentirse nervioso y nostálgico al mismo tiempo. Nervioso porque las horas van pasando, porque sabe que dentro de poco volverá a ver a la Virgen. Y nostálgico porque sabe que, de nuevo, un año más, este encuentro en torno a Pentecostés se va terminando y en poco días no será más que un recuerdo, el de una romería más que incorporar a la historia de su vida rociera.

más noticias de EL ROCÍO Ir a la sección El Rocío »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios