La página del inversor

Dos velocidades en la Eurozona

  • Se mantienen las dudas sobre la recuperación y sobre si la demanda aumentará y alcanzará el nivel de la oferta una vez terminen los estímulos fiscales y monetarios

La volatilidad ha vuelto a los mercados en los últimos días. Las bolsas se están volviendo menos sensibles ante las noticias macroeconómicos, y los inversores sólo tienen en cuenta las mejoras del mercado laboral o de la demanda interna. Sin embargo, pesan más las noticias negativas, como la rebaja de calificación de Grecia, porque vuelven a sembrar las dudas acerca de la sostenibilidad de la recuperación. En resumen, han vuelto los recortes y subidas puntuales.

Y ello pese al buen tono de los datos de empleo en EEUU. En noviembre, la destrucción de empleos se redujo a 11.000 puestos de trabajo, siendo esta cifra la más baja desde enero de 2008, y la tasa de paro se situó en el 10% desde el 10,2% de octubre. Otra buena noticia fue el repunte en las horas semanales trabajadas hasta 33,2 y el aumento del empleo temporal, considerado como un indicador adelantado del empleo permanente, que creció 52.000 puestos de trabajo.

Estos datos son muy positivos. Sin embargo, esto no significa que el mercado laboral se haya recuperado definitivamente. Existen indicios, como el repunte en la duración del desempleo (situado por encima de las 28 semanas) y el elevado número de parados sin derecho a subsidios por desempleo (en torno al 38%), que apuntan que la tasa de paro aún va a mantenerse elevada durante un periodo prolongado de tiempo. Y, en este entorno, va a ser difícil que, sin la ayuda de los estímulos fiscales y monetarios, la recuperación del ciclo por el lado de la oferta, en la actualidad, encuentre relevo con garantías en un despegue cíclico por el lado de la demanda.

La otra noticia de la semana es la rebaja de rating de Grecia de A- hasta BBB+ y la caída a "negativa" desde "estable" de las perspectivas de la deuda española, a causa de la salud de las finanzas públicas. La primera consecuencia fue el repunte de los diferenciales de la deuda soberana de la periferia en la Eurozona frente a Alemania, ya que el mercado está empezando a discriminar el riesgo.

Independientemente del impacto inmediato, las mayores implicaciones de esta rebaja crediticia son para el sector bancario griego. Así, cualquier activo colateral para obtener financiación del BCE debe tener al menos una calificación crediticia de A-. Sin embargo, ante los problemas crediticios del sistema financiero a finales del 2008, el BCE decidió rebajar estos requisitos hasta un rating BBB-. Por tanto, para finales del 2010, cuando el BCE decida volver a su operativa habitual, los bancos que cuentan entre sus activos con deuda del Estado griego no podrán aportarla en sus operaciones de refinanciación, Y, las consecuencias de este episodio podrían ser el aumento del coste de la financiación de la deuda, en un contexto de fuerte incremento de la oferta de papel público a nivel global y, sobretodo, una pérdida de la capacidad de colocación de la deuda pública griega.

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