José Luis García Palacios (Huelva 1936) ha querido poner fin a 45 años en la presidencia de la Caja Rural. Primero, de la de Huelva (1972-1990) y después, de la Caja Rural del Sur, de la que ha llevado las riendas desde su creación, hace ahora 27 años. Veterano emprendedor y sobre todo hombre de sentido común y gran capacidad negociadora, García Palacios se ha ganado el título de decano del sistema financiero español.

Agricultor, ganadero, empresario, hombre de banca y expolítico de la transición (fue cofundador de UCD en Huelva) es, ante todo, un emprendedor de raza y activo. "Es fundamentalmente un labrador. Un hombre con gran capacidad para inventar, emprender, con vocación de servicio que le llevó a ser un senador brillante en la comisión de agricultura y también en el asociacionismo agrario", tal y como lo definió el expresidente del Tribunal Constitucional, Miguel Rodríguez-Piñero, cuando García Palacios ingresó en la Academia de Ciencias Sociales y del Medio Ambiente de Andalucía hace cuatro años.

Deja el listón alto porque ha sido y es un empresario clave e indispensable de la agricultura, tanto en el ámbito nacional como en el internacional. Quienes lo conocen destacan su "enorme sentido de la responsabilidad" en su faceta de banquero y en la de empresario, haciendo gala constantemente de su habilidad intermediadora.

Siempre le ha movido la vocación de dar impulso a la agricultura. Y desde joven, cuando falleció su padre, se hizo cargo de la empresa agropecuaria familiar. Desde entonces, y por el convencimiento que siempre ha tenido de la necesidad del asociacionismo en el sector agrario, su vida profesional ha discurrido ligada al cooperativismo agrario y de crédito. Es ahí donde entran las cajas rurales, que siempre ha definido como "instituciones financieras de características muy singulares y trascendentales en el desarrollo del sector agrario español".

Ayer decía adiós a la presidencia de la entidad financiera que supo gestionar y aunar sin estridencias, con sus tiempos precisos y acuerdos oportunos. Pero se queda al frente de su fundación y también en la presidencia del Banco de Cooperativas Español (cuyo mandato termina el próximo mes de junio).

Él ha querido renunciar sin hacer ruido y ese silencio es el que ayuda a hacerlo más grande.