Tribuna Económica

Carmen Pérez

El seguro de depósitos bancarios

Quién a la hora de abrir una cuenta corriente o un depósito en un banco se preocupa previamente de analizar su situación financiera? Pocos contestarán afirmativamente, aunque sería lo adecuado, porque, al fin al cabo, le estamos prestando nuestro dinero. Lo elegimos por la proximidad de su sucursal, por los consejos de otros usuarios o por sus ofertas. Sólo los que manejan importes muy altos se preocupan por la mayor o menor solvencia de la entidad en la que depositan su dinero. Elegimos sin temor y los mantenemos con confianza en gran parte porque sabemos que los depósitos están garantizados, por persona y entidad, hasta 100.000 euros. Pero hay que ser conscientes de que este seguro tiene un precio.

En principio, de esta protección se encarga el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) que se nutre de las aportaciones ordinarias, y extraordinarias si hacen falta, de la banca. Pero lo cierto es que si se presenta una crisis sistémica, con muchas entidades implicadas, o si la entidad es demasiado grande, el fondo puede resultar insuficiente. Entonces, la responsabilidad de los depósitos recae finalmente en el Estado. No es teoría, lo hemos sufrido en la práctica.

Hace unos días, el gobernador del Banco de España, en su comparecencia ante la Comisión de Investigación en el Congreso de los Diputados, al disertar sobre la crisis financiera y el rescate, dejaba este funcionamiento bien claro: la insuficiencia de recursos de los fondos de garantía de depósitos hacía necesario utilizar recursos públicos para la banca, se adoptara la solución que se adoptara. Los depósitos de las entidades financieras quebradas ascendían a 487.000 millones de euros, de los que más de 250.000 millones estaban garantizados. Se les inyectó 21.071 millones de euros del FGD y 39.542 millones de euros de dinero público. Ningún depositante se ha quedado sin su dinero, ni siquiera los no cubiertos.

No sólo ha pasado en España, en otros muchos países se ha utilizado dinero público para salvar el sistema bancario. Por eso, en Europa, tras la crisis, los controles se han disparado, elevando los requerimientos de capital e imponiendo nuevos ratios, de liquidez y de endeudamiento. Se ha trasladado la supervisión a Europa. Se ha creado un Mecanismo de Resolución para atajar los problemas… Todo lo necesario para evitar que la garantía pública tenga que entrar en juego. El banco Popular ha sido el primer ejemplo. Pero, por mucho que se vigile, podrá pasar de nuevo.

Actualmente el seguro de depósitos -y cada vez con un límite más alto- es esencial para la estabilidad financiera, porque aumenta la confianza de los depositantes, frenándose los pánicos bancarios. También se considera positiva la tranquilidad que supone para el ciudadano, que puede considerar el depósito como un producto sin riesgo. Pero los depósitos en España equivalen a más del 140% del PIB; y más de un 60% del PIB los que están cubiertos Y el seguro de depósitos se ve condicionado -sólo es creíble- por la fortaleza financiera del Estado que lo soporta. ¿Qué clase de sistema bancario hemos diseñado?, ¿dónde empiezan y terminan banca y Estado?

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