Economía

La renta agraria andaluza se eleva un 11% gracias al tirón del aceite de oliva

  • El año pasado ascendió a los 8.715 millones de euros, siendo Almería y Jaén las que más aportan

  • El importe por empleado cae al aumentar el número de ocupados

Ricardo Domínguez, Sergio Corral y Francisco García Navas, ayer.

Ricardo Domínguez, Sergio Corral y Francisco García Navas, ayer.

El campo andaluz ha hecho los deberes y, aunque tiene aún importantes retos por delante, se está convirtiendo en un negocio cada vez más rentable gracias, entre otras cosas, a su apuesta por la exportación. La renta agraria andaluza alcanzó el año pasado los 8.715 millones de euros, lo que representó un crecimiento del 10,8% respecto a 2015, según los datos recogidos en el Informe Anual del Sector Agrario en Andalucía 2016, elaborado por la Fundación Unicaja, que fue presentado ayer en Málaga. Ese importe no es baladí porque representa un tercio del total español y eso se explica, por ejemplo, en que Andalucía cuenta con el 98% de la producción nacional de fresas, el 82% de aceite de oliva, el 65% de pimientos, el 85% de pepinos, la mayoría del algodón o una tercera parte de girasoles o naranjas.

El aceite de oliva y las hortalizas son los dos segmentos que producen más dinero en la región, seguido de las aceitunas, las frutas y los cereales. El precio de los productos, que fluctúa cada año, es básico a la hora de observar la producción y la renta agraria -obtenida al restarle a la producción los impuestos, amortizaciones, subvenciones, etcétera-. El aceite de oliva tuvo un buen 2016 y eso se refleja claramente en los números de Jaén, que disparó su producción agraria un 59,1% y su renta un 73,8% respecto al ejercicio anterior. Aún así, no consiguió liderar la renta andaluza, que la mantiene con fuerza Almería pese a tener una disminución de ingresos el año pasado. Almería obtuvo una renta agraria de 1.900 millones de euros en 2016 y en Jaén fueron 1.545 millones. La tercera fue Sevilla con 1.316 millones, mientras que también superaron los 1.000 millones Córdoba y Granada.

El peso andaluz en la renta agraria española crece y ya representa el 33,9%

El número de ocupados creció más que la renta, lo que trajo consigo que la renta agraria por empleado descendiera un 1,4% el año pasado en la región hasta los 35.426 euros. La más alta está en Jaén con 55.303 euros y la más baja en Huelva con 16.319 euros.

"Se ha tratado de un ejercicio con más luces que sombras y este informe es válido para marcar las estrategias futuras", indicó Sergio Corral, director general de la Fundación Unicaja, quien destacó especialmente el buen comportamiento del aceite de oliva. En la misma línea fue Francisco García Navas, consejero delegado de Analistas Económicos de Andalucía, quien precisó que "el sector agrario ha sido un refugio para resistir la crisis, ha mantenido el ritmo y ha hecho un gran esfuerzo aumentando las exportaciones y los ocupados". En el debe, García Navas resaltó la necesidad de que haya una mayor industria auxiliar y el paro. "Esta tasa de desempleo no nos la podemos permitir", indicó.

A la presentación del informe también acudió el viceconsejero de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía, Ricardo Domínguez, quien manifestó que, según los datos del gobierno autonómico, la renta agraria andaluza de 2016 es incluso superior a la manifestada en esta informe y la situó en 9.453 millones de euros, un 9% más, mientras que estimó que este año se superarán los 10.000 millones de euros y de cara a 2018 "se verá en función de las lluvias y de la cosecha del aceite".

El viceconsejero destacó que la región "tiene la mayor renta agraria de la historia" y subrayó que 2017 marcará un nuevo récord de exportaciones "en un sector muy dinámico, competitivo, orientado a la internacionalización y con capacidad de adaptarse". En este sentido, Domínguez temió el posible impacto en el empleo que se pueda producir por la sequía y adelantó que es posible que desciendan las ayudas de la Política Agraria Común a partir de 2020 porque Europa está ahora más centrada en otros aspectos como el Brexit, la inmigración o el terrorismo. "La parte económica puede cambiar en cualquier momento y hay que estar preparado", dijo el viceconsejero, cuyas recetas son una mayor apuesta tecnológica, de sostenibilidad e incrementar la gestión de riesgos.

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