Cristóbal Montoro. Ministro de Hacienda y Administraciones Públicas

"O hacemos una reforma seria de la sanidad o nunca saldrán las cuentas"

  • El ministro responsable de las finanzas del Estado resta efectividad al copago y niega su implantación, reprocha al presidente Griñán que le atribuya ciertos planes políticos y ve ya "madura" la victoria de Arenas.

Ha llegado a Sevilla para vender la gestión del Gobierno de Rajoy a cinco días del cuarto intento de Arenas -su principal mentor político- por alcanzar la Presidencia de la Junta de Andalucía. Defiende la polémica reforma laboral, no sin culpar a los medios de comunicación de ofrecer, a su juicio, versiones sesgadas. Y aprovecha la mínima para arremeter contra el socialista Griñán, al que censura que se dedique a hacer vaticinios sobre lo que hará el Gobierno del PP.

-¿Cómo se encontró los cajones cuando llegó al Ministerio?

-Con mayor déficit del previsto y del fijado en el programa de estabilidad del Reino de España. Ha sido un hecho negativo que ha habido que contestar con medidas excepcionales en materia de reducción de gasto público del orden de 9.000 millones de euros y con una subida del IRPF, consecuencia también de haber encontrado más déficit del esperado y, sobre todo, un déficit oculto.

-¿Se imagina que el próximo domingo, al cuarto intento, tampoco gane Arenas en Andalucía?

-Ya lo veo ineludible, no por Arenas, sino por Andalucía. Realmente creo que la victoria está ya bastante madura. Lo que está en juego el domingo no es tanto la victoria del PP o de Arenas, sino si Arenas tiene el margen suficiente para que se forme un gobierno del PP en Andalucía. No debemos olvidar que una victoria del PP es algo ya de por sí muy valorable y positivo, algo que parecía imposible que se diera en Andalucía, lo que ya ocurrió en las elecciones generales. Y no se olvide que en las municipales se produjo todo un vuelco.

-¿Habrá que esperar a largo plazo para que la reforma del sistema financiero comience a dar sus frutos o tendrá que ir tomando el Gobierno medidas adicionales?

-Hará falta ligar siempre la evolución de estas entidades bancarias, su proceso de saneamiento, a la propia evolución de la marcha del crédito bancario en nuestro país. Si hoy España está viviendo una recesión mayor que la mayoría de los países europeos, es debido a una restricción crediticia muy severa. Tenemos que conseguir que el sector bancario, al mismo tiempo que renueva y sanea sus balances, también esté cada vez más comprometido con las concesiones de créditos a todos, especialmente a los autónomos y pequeñas y medianas empresas, que son los motores que nos tienen que sacar de la crisis.

-Todo indica que la construcción no será de nuevo la panacea a la hora de crear empleo. ¿En qué sectores confía especialmente?

-Lo primero que hay que hacer es ir contra los tópicos. En política, los prejuicios son muchas veces los puntos de partida. En España se ha creado mucho empleo durante un largo periodo de tiempo. Se crearon ocho millones de puestos de trabajo en España de 1996 a 2007 sobre 12,5 millones de población ocupada. Igual pasó en Sevilla, donde la creación de empleo fue también muy importante. Y ese avance no se debió exclusivamente a la construcción. Sería absurdo decir que en España se crearon ocho millones de empleos por la construcción. ¿Por qué aceptamos eso como una verdad? No fue así. En esta crisis, la construcción ha destruido 1,2 millones de empleos. Hemos vuelto en la construcción a los niveles de ocupación de 1996. Y España, a pesar de la destrucción de empleo, tiene un 50% más de ocupados que en 1996. Por tanto, la construcción no fue el motor principal de esos años de crecimiento. Hay momentos en que el político se tiene que enfrentar con el tópico. Lamento muchísimo que en mi país se identifiquen las cosas así y que los analistas internacionales nos vean como nos ven, como si en este país lo único que se hubiera movido estos años fuera la construcción y que lo único que se hubiera producido es una burbuja inmobiliaria. Pues no señor, no es así. El país ha duplicado su nivel de renta per cápita. Y tenemos un nivel de ocupación que, pese a todo, ni los mejores analistas y pronosticadores podían soñar a mitad de los noventa. Por lo tanto, este tipo de simplificaciones hay que superarlas de una vez por todas.

-En el caso específico de Andalucía, con una tasa de paro próxima al 30% y sabiendo que en 2014 vamos a sufrir recortes de fondos europeos tanto estructurales como de la política agraria común, ¿cómo piensa que saldremos de la crisis?

-Andalucía, precisamente, es un referente en cuanto a los emprendedores. Otro topicazo es que esta tierra no tira. ¿Cómo no va a tirar? De aquellos ocho millones de empleos creados en España, 1,4 millones se crearon prácticamente en Andalucía. Ésta es una tierra que, cuando se pone en marcha a través de sus emprendedores, es capaz de protagonizar un cambio en términos económicos. ¿Recuerda aquel lema de campaña de Manuel Chaves en las generales y autonómicas de 2004? Decía que Andalucía era imparable. Cuando hubo ese crecimiento en toda España con los gobiernos del PP, se lo apuntó Chaves. Y ya me contará usted lo que ha ocurrido después... ¡Esto es la política! Hemos pasado de la Andalucía imparable a la Andalucía llena de paro. Lo que quiero decir es que realmente hace falta una Andalucía reformista, comprometida con la austeridad y la modernidad, que apueste por la innovación y la mejora de la educación, por tener unos servicios públicos y unas infraestructuras realmente actualizadas. Estoy seguro de que las reformas estructurales que estamos haciendo desde el Gobierno del PP en España tendrán un impacto muy importante en Andalucía. Por ejemplo, la reforma laboral va a ser muy positiva para la mediana y pequeña empresa y para los autónomos. El plan de proveedores que acabamos de hacer va a inyectar muchísimos recursos económicos en Andalucía. Estamos ante un cambio político que va a traer aire fresco a una Andalucía que no puede volver a los fantasmas del pasado.

-Paul Krugman, Nobel de Economía, ha defendido que España necesitaría una suerte de devaluación interna, consistente en una reducción de salarios y precios para tener una posición competitiva.

-Los Premios Nobel, al margen de su nivel de conocimiento, ven las cosas con una frialdad objetiva... Es como ver la economía sobre un pizarrón con cuatro cifras. Y no es así. Tú puedes hacer en un país efectos devaluatorios con otro tipo de medidas. Obviamente, si usted fuera capaz de hacer una bajada de precios y salarios de un 20%, pues estaba todo arreglado. Pero esto es un poquito más complicado socialmente, ¿eh? Eso sería una fórmula de pizarra, por así decirlo para entendernos. Si algunos premios Nobel pasaran una etapa en el Gobierno, aprenderían también a hacer política económica en términos más realistas. Y no al revés. Estas recomendaciones son exageradas de todo punto. Hay que valorar más las reformas realizadas, lo que supone cambiar las relaciones laborales en nuestro país como no se había hecho antes, que se valoren los compromisos con la estabilidad presupuestaria... La vida es un poquito más complicada que decir que se bajen los precios y salarios. Me gustaría que los Nobel y todos los economistas, en general, hablasen desde perspectivas más realistas. Quiero recordar que la economía es una ciencia social y que durante mucho tiempo, en los siglos XVIII y XIX, se llamó Economía Política. No hay una economía en frío que sea diferente de la política y de lo que debe ser su impacto social.

-El europesimismo gana adeptos. ¿Tiene usted argumentos más esperanzadores para seguir en el euro que no sean el de que una ruptura supondría un coste mucho mayor?

-Salir del euro sería un desastre. Tenemos que seguir en el euro porque nos conviene. El problema es cómo hablan algunos eurócratas, refiriéndose a la Europa de la imposición. ¡Es al revés! El euro es un club de estabilidad económica. España tiene que estar en el euro porque es un país que cuando le fue bien fue a partir de la fundación del euro, que es cuando abrazó la estabilidad económica. El euro no pudo nacer ni podrá seguir si no hay estabilidad económica. Me preocupa el lenguaje que hoy utilizan algunos eurócratas, porque van a echar a mucha gente del proyecto europeo, lo que sería negativo. El proyecto europeo es integrador, sobre una base de estabilidad. Sin Europa tendríamos más crisis y más pérdida de puestos de trabajo. No se trata de apostar por una Europa de la quimera, ni en una Europa de la burocracia, sino de apostar por la estabilidad que nos conviene. No se trata de que nos exigen, sino de que nos conviene. La reducción del déficit público nos conviene. Todo tiene un punto, un límite y un tiempo, por supuesto. Si provocáramos una corrección exagerada del déficit público, provocaríamos más recesión económica. Y, por tanto, hay que guardar un equilibrio, pero sin pestañear cuando se trata de la estabilidad económica y presupuestaria, que es lo que nos conviene. Nos conviene estar en el euro para superar la crisis de empleo que está viviendo Andalucía y toda España.

-¿No puede generar desconfianza si se fija el déficit público en un 5,3% y al mismo tiempo usted asegura que no se recortará empleo público, ni habrá rebajas salariales a los funcionarios, ni recortes en las prestaciones por desempleo, ni copago en el sector sanitario, ni se prevé subida del IVA ni de los impuestos especiales?

-La confianza está ahí. Hoy [ayer para el lector] ha habido una subasta del tesoro con una reducción de tipos de interés de casi un 25%. La confianza se va ganando sobre el compromiso de las reformas estructurales. Lo que ocurre es que estas reformas a veces no se corresponden con los titulares de prensa. Se dice: 'La reforma laboral abarata el despido'. Pues no, señor. La reforma laboral es mucho más que eso. Se comprende que la prensa tenga sus criterios y que a veces haya que titular en dos líneas, pero yo no puedo aceptar que ése sea el resumen de una reforma que cambia la negociación colectiva, que flexibiliza muchas cosas, que favorece el trabajo a tiempo parcial, que cambia la formación profesional... Hay muchos efectos. Yo comprendo a la prensa, pero no se puede hacer una simplificación de ese tipo.

¿España necesita eliminar el seguro del paro y, en concreto el PER, para alcanzar el 5,3%? ¡Pues no! El PER en Andalucía cuesta 250 millones de euros. Es una cifra importante, pero tenga en cuenta que sólo en la primera tacada de recortes, el Gobierno ha decidido quitarle 200 millones a RTVE. Es decir, casi con el primer envite está hecha la financiación del PER. La vida es más compleja, con perdón, que un titular políticamente llamativo. Yo no hago titulares fáciles, sino un trabajo político. Hay veces que no puedo respetar lo que aportan los titulares. Otro ejemplo: ¿el problema de la sanidad es de verdad el copago? Pero vamos a ver: ¿Qué es el copago? ¿Pero de verdad se resuelve la sanidad si cuando uno va al médico paga uno o dos euros? ¿Alguien se lo cree? En términos de cifras, de números, no iba a resolver nada. No, no es serio. O nos metemos a hacer una reforma en seria de la sanidad, de su gestión, de su composición, de su oferta de servicios, o no nos saldrán las cuentas nunca. El Gobierno no está ocultando nada, está proyectando reformas de calado, como dice el presidente. La simplificación y el todo vale, propios de las elecciones, llevan a decir que si vamos a quitar el PER, que si vamos a cobrar un euro por ir al médico y, como dice Griñán, que si vamos a subir el IVA. Es evidente que el señor Griñán no tiene ni idea de lo que va a hacer el Gobierno, ni mucho menos el ministro de Hacienda. ¿Por qué dice que yo digo lo que no digo? Yo no me dedico a decir lo que tendría que decir el señor Griñán. Más le vale explicar estos días su proyecto político, que no me he enterado todavía de en qué consiste. Eso sí, le he oído decir muchas cosas sobre lo que supuestamente va a hacer el Gobierno de España y su ministro de Hacienda. Y tengo que decir clara y contundentemente que no voy a hacer esas cosas que dice el señor Griñán.

-¿Están previstas más medidas dentro de los planes de reestructuración y racionalización del sector público? Ya han suprimido varias empresas públicas y han fijado los topes máximos de los sueldos de los directivos.

-Sí, sí. Seguiremos suprimiendo sociedades y organismos. Y también suprimiremos dualidades entre administraciones públicas. Entramos ahora en la reforma de esas competencias. Por ejemplo: ¿quién tiene que desarrollar la protección social como competencia? En nuestra opinión, las corporaciones locales. ¿Pueden los ayuntamientos pequeños desarrollar la oferta de servicios públicos? No, porque lo que hacen es generar una estructura administrativa ineficiente, por lo que tendría que asumir esas competencias una diputación o una mancomunidad. Vamos a reordenar esas competencias. Y, por tanto, vamos a hacer que haya unas políticas en España mejor adscritas a las administraciones para evitar mucha ineficiencia.

-¿Tomará el Gobierno medidas, por ejemplo, contra empresas municipales que estén en causa de disolución?

-Es que esas llamadas empresas, no son empresas. Son fórmulas de huida del Derecho Administrativo. Y lo que hay que hacer es que vuelvan a ese Derecho, suprimiéndolas como entidad. Son una estructura mediante la cual el alcalde con sus concejales de más confianza toman decisiones con el directivo correspondiente contratado ad hoc. Hay que cerrar todas esas empresas. Se trata de la gestión del patrimonio municipal y lo que no se puede es estar pasivamente ante este fenómeno. Hay que reordenar competencias y suprimir ese tipo de actividades que generan problemas de abuso de poder, de desconfianza. Se están saltando los controles más elementales de carácter administrativo.

-¿Habrá de verdad reforma de la Ley de Haciendas Locales?

- Sí. Pronto.

-¿Y en qué sentido?

Hay que identificar bien cuáles son las competencias que tienen que desarrollar los ayuntamientos y las diputaciones, así como cuáles no deben desarrollar el resto de los agentes públicos, comunidades autónomas o la Administración General del Estado.

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