Con este movimiento, Volkswagen da un paso decisivo en su objetivo de impulsar una integración amistosa entre Scania y su competidor alemán MAN, en el que el consorcio de Wolfsburg ostenta una participación del 30% que le sitúa también como principal accionista. Tal operación supondría el nacimiento del líder mundial en el sector de vehículos industriales.

Volkswagen ha adquirido al 'holding' Investor y a diferentes fundaciones de la familia Wallenberg un total de 134,7 millones de acciones de Scania, representativas del 30,62% de los derechos de voto en la multinacional sueca, a un precio de 200 euros por título, con lo que el grupo alemán eleva sus derechos políticos hasta el 68,6%, lo que le confiere el control sobre las decisiones.

El presidente de la corporación germana, Martin Winterkorn, destacó que la operación pone de manifiesto la importancia que Volkswagen concede a su participación en Scania, a la que calificó como "fuerte marca premium con un futuro próspero".

Winterkorn expresó su respaldo a la dirección de Scania en la implementación de su estrategia de crecimiento rentable, y recordó que en los últimos ocho años ha colaborado con Investor, como accionistas de referencia de la compañía sueca, que ha logrado máximos históricos de facturación y beneficios.

El consorcio alemán ve "un futuro brillante" con fuerte crecimiento para Scania, y se compromete a ejercer su influencia en la compañía para maximizar el valor para los accionistas en el largo plazo. Además, Volkswagen indicó que no habrá cambios estructurales que afecten a la plantilla de la compañía, y agregó que la continuidad del equipo "es una prioridad".

Asimismo, la multinacional alemana garantiza que la sede de Scania seguirá ubicada en Södertälje (Suecia) y asegura que cumplirá lo establecido en el código sueco de buen gobierno, de forma que el consejo de administración tendrá una "fuerte" representación de consejeros independientes.

MAN presentó en 2006 una OPA hostil sobre Scania por un importe de 10.300 millones de euros, pero decidió retirar la oferta tras toparse con la oposición del grupo Volkswagen, principal accionista de las dos compañías y partidario de una integración amistosa entre ambas.