Tribuna de Opinión

Europa y España en positivo

  • Paradojas de nuestro tiempo: mientras Juncker propone más Europa, el Gobierno de Cataluña clama por separarse unilateralmente atentando contra le integridad de España

Jean-.Claude Juncker.

Jean-.Claude Juncker. / EFE

Son las paradojas de nuestro tiempo, mientras el presidente de la Comisión Económica Europea Jean-Claude Juncker propone más Europa, más profundización y mayor integración, el Gobierno de Cataluña clama por separarse unilateralmente e ilegalmente, atentando contra la integridad de España. Juncker proclama en su discurso ante el Parlamento Europeo sobre del Estado de la Unión que la única forma de avanzar y preservar la integridad de la Unión es dar el gran salto desde una Unión Económica y Monetaria hacia una Unión Europea de valores. Crear y fortalecer el espíritu de identidad europea en torno a los valores de igualdad, libertad, igualdad de oportunidades y respeto al estado de derecho. Sólo así podremos avanzar en la integración monetaria, económica y política de Europa. La Unión Europea debe ser algo más qué dinero, finanzas y economía. La identidad europea y el sentido de pertenencia de los ciudadanos sólo se puede construir con cercanía y solidaridad social, democracia, respeto al estado de derecho y exaltación de los valores comunes

De esta manera el presidente de la Comisión Europea supera la indefinición y el escepticismo del Libro Blanco, que el mismo promovió, qué hablaba de varias alternativas para Europa, entre ellas la de Europa a dos velocidades, sin pronunciarse por ninguna. Ahora, aprovechando la ventana de oportunidad que se ha abierto tras el fracaso de los populismos xenófobos en las últimas elecciones de Holanda de Francia, y animado por el despegue económico de Europa, se atreve a defender una Europa solidaria en la que todos avancemos a la misma velocidad. Y no sólo en la integración económica y financiera, sino también y preferentemente, en la construcción de una identidad europea en positivo, ilusionante, social y solidaria, que comparta los mismos valores. Se necesita una nueva pedagogía que permita construir una nueva identidad europea e ilusionar a los ciudadanos. En España, tras el uno de octubre, tendremos que acometer la misma tarea: pasar de los argumentos negativos sobre la inconstitucionalidad o el desastre económico que supondría la independencia de Cataluña, a dialogar, comprender, consensuar, explicar e ilusionar a los ciudadanos entorno a un nuevo proyecto de Cataluña en España y de España en Cataluña.

La Unión Europea debe ser algo más que dinero, finanzas y econoníaSobre todo es necesario superar la desafección de los ciudadanos hacia una Europa tecnócrata

Europa de los valores

El presidente de la Comisión Económica Europea en su discurso sobre el Estado de la Unión ha abogado por avanzar y profundizar en le integración, pero todos a una. Tras el annnus horribilis, en el que Europa ha padecido una crisis existencial, amenazada por la incertidumbre política y económica provocada por el Brexit y el rebrote de los populismos xenófobos, el horizonte económico y político ha vuelto a despejarse. El presidente Juncker reconoce que la Unión Monetaria está incompleta, y que sí queremos que la próxima crisis no nos vuelva a poner al borde del abismo de desaparición, hay que completarla con nuevos instrumentos y mecanismos y más solidaridad, responsabilidad y cesión de soberanía. Entre sus propuestas esta la conversión del Mecanismo de Estabilidad Europeo en un Fondo Monetario Europeo (FME), dotado con los recursos suficientes para poder ayudar y rescatar a aquellos países europeos que entren en crisis. El FME debe de ser un organismo comunitario, no intergubernamental. También propone la creación de un superministro de economía y finanzas, que podría ser el vicepresidente de la Comisión Europea y el presidente del Eurogrupo .Su función sería coordinar todo los instrumentos técnicos y financieros de que dispone la Unión en su labor de control y ejecución de las políticas y de las ayudas a los países en crisis. Resalta la necesidad de incrementar el presupuesto europeo, actualmente 1% del PIB europeo, totalmente insuficiente para hacer frente a situaciones de gran recesión como la que hemos vivido. Por el contrario no cree necesario un presupuesto específico para la Eurozona, que en todo caso podría ser una rúbrica especial dentro del presupuesto de la Unión Europea. Aboga por completar cuanto antes la Unión Bancaria, creando un fondo de garantía de depósitos europeo y reforzando y completando el Mecanismo Único de Resolución bancaria. Proclama que es necesario progresar en la armonización fiscal y laboral, en la cooperación frente al terrorismo, en la defensa frente al exterior, en la regulación de la migración legal, necesaria para una Europa envejecida. Recalca que es necesario ayudar a todos países de la Unión Europea en su transición a la Eurozona. Todo ello no será posible si no hay un liderazgo y una visión compartida tanto de la meta final, como en del camino a seguir.

Pero sobre todo es necesario superar la desafección de los ciudadanos hacia una Europa tecnócrata, lejana y burocrática. Es necesaria una nueva pedagogía ilusionante que promueva en los ciudadanos un sentimiento de identidad europeo, hoy inexistente. Se necesita avanzar en la democratización y trasparencia de todos los órganos de la Unión, y, en definitiva, es necesario profundizar en los valores que compartimos como europeos. Existe la esperanza de que, tras las elecciones de Alemania, en la que se espera que triunfe una coalición liderada por Angela Merkel, el tándem franco-alemán se fortalezca y propicie un avance en le integración. Será un camino largo y difícil pero siempre hacia más Europa.

España en positivo

El mensaje europeo del presidente de la Comisión es aplicable a España, que se debate en estos momentos en la mayor crisis política desde el 23 de Febrero. La integridad de España está amenazada. Seamos racionales y honestos, tanto el gobierno catalán como el español saben que el referéndum es ilegal y anticonstitucional, que económicamente es imposible ya que llevaría a un desastre económico a Cataluña y dañaría gravemente en España, que políticamente es inviable, y que no tiene apoyo internacional, ni de la Unión Europea ni de los estados que la integran, que ven alarmados el secesionismo catalán como una gran amenaza para su propia integridad, ante el contagio que sin duda se producirá al alentar a los partidos independentistas de todos los estados europeos. La autodeterminación unilateral e inconstitucional hoy es imposible en Europa, tanto políticamente como económicamente. Romper la convivencia social y llevar a los ciudadanos hacia el abismo de lo imposible es la máxima irresponsabilidad y el mayor delito que puede cometer un gobernante. Dicho esto, tras 1 de octubre la desafección y frustración de muchos ciudadanos catalanes continuará. El problema catalán estará pendiente de resolver. Habrá llegado el momento de la política inteligente, del diálogo, de la escucha, de la comprensión del otro, del compromiso, de la búsqueda de todos aquellos valores que compartimos, de la generosidad, del afecto, del empeño por crear un proyecto ilusionante de Cataluña en España y de España en Cataluña. Habrá que hacer una pedagogía en positivo de Cataluña y de España, y habrá que hacerlo en España y en Cataluña. No va ser fácil, pero hay que empezar a trabajar ya, no solamente en la negociación de los intereses económicos y políticos, sino también y preferentemente en los sentimientos y en los valores compartidos, y probablemente con perseverancia y durante mucho tiempo. Ha llegado la hora de la gran política y de los políticos con responsabilidad histórica.

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