El Boeing 787 Dreamliner realizó, después de casi tres años de demora, su vuelo inaugural tras despegar del terreno de la fábrica en Everett cerca de Seattle, en el estado norteamericano de Washington. Hasta último momento se dudó de que se concretara el despegue por posibles lluvias. De hecho, la pista estaba mojada y el cielo nublado. En el aeródromo, miles de empleados de Boeing y varios fans de la aviación presenciaron el despegue del avión bimotor azul y blanco, el modelo más nuevo de la compañía en más de una década. El despegue fue transmitido en directo por televisión a todo el mundo.

El último de una larga lista de problemas presentados por el Dreamliner fue la conexión del fuselaje y las alas, por lo que el primer vuelo fue pospuesto en el verano en casi medio año. El fin de semana, el Dreamliner realizó en Everett, en la costa oeste de Estados Unidos, las últimas pruebas en tierra. El avión se desplazó a una velocidad de 240 kilómetros por ahora por la pista y sostuvo brevemente la parte delantera en el aire.

Con 865 encargos, el 787 ya es el avión más exitoso de Boeing. La respuesta de Airbus al Dreamliner es el A350, que será lanzado en 2013. El fabricante de aviones europeo ya tiene 505 encargos para la máquina, que al igual que el Dreamliner está fabricada con fibra de carbono.

La fibra de carbono -en lugar del usual aluminio- vuelve los aviones claramente más livianos, lo que permite ahorrar combustible. Al parecer, el Dreamliner usa una quinta parte menos de combustible que otro avión anterior del mismo tamaño. Sin embargo, eso también causó numerosos problemas de producción en los proveedores y una y otra vez nuevas dificultades en la construcción del avión. Los problemas de producción y retrasos llevaron a la cancelación de varios encargos y gastos de miles de millones de dólares. Muchos de los gerentes de Boeing fueron reemplazados.

Tras este primer vuelo está previsto un amplio programa de pruebas de unos nueve meses. Seis Dreamliners, 80 pilotos, 600 ingenieros y 400 mecánicos participarán en las pruebas. Boeing invirtió más de 10.000 millones de dólares en el diseño y desarrollo de la nave.