Economía

Banca Cívica y Caixabank admiten que están negociando su integración

  • Ambas entidades trabajan en los números de la operación, especialmente en cifrar la ecuación de canje de acciones, pero aún no hay acuerdo. Las opciones de Ibercaja o BMN siguen abiertas pese a los contactos.

Banca Cívica y Caixabank se preparan para dar un golpe de mano en el mapa financiero español. Ambas entidades admitieron ayer al regulador bursátil, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que negocian su integración. Sin embargo, los contactos aún no se han plasmado en un acuerdo cerrado y "los órganos de gobierno no han tomado decisión alguna al respecto", según el comunicado. Si las negociaciones llegan a buen término, el grupo financiero resultante sería el primero en España en tamaño y líder destacado en Andalucía por volumen de negocio y densidad de la red comercial.

Fuentes financieras señalaron que "las conversaciones están muy avanzadas", pero subrayaron que todavía hay otras opciones encima de la mesa, en velada alusión a Ibercaja o BMN, en cuyas ofertas se sigue trabajando en paralelo. El comunicado de Banca Cívica a la CNMV menciona expresamente que se analizan "diferentes opciones de integración, entre las que se encuentra una eventual operación con Caixabank".

Una prueba de que el grupo copresidido por Antonio Pulido y Enrique Goñi juega con varias barajas a la vez radica en que Banca Cívica ha contratado a Morgan Stanley y Credit Suisse para valorar la operación con Ibercaja, mientras que Merrill Lynch y la consultora Deloitte están trabajando por parte de la caja aragonesa, según indicaron fuentes cercanas a la operación.

La caja catalana se perfila como la principal aspirante, toda vez que la integración resulta beneficiosa para ambas partes. Banca Cívica vería solventadas de un plumazo sus necesidades de capitalización -cifradas en 2.031 millones de euros brutos-, y tendría dos años de plazo para su cobertura, en vez de uno si permanece en solitario. En el caso de Caixabank, el impacto del saneamiento que debe acometer al hilo de la reforma financiera es de unos 4.000 millones, aunque ya sólo le quedan pendientes unos 600.

Además, Banca Cívica se incorporaría al único gran grupo que mantiene intacta la filosofía de la obra social de las extintas cajas de ahorros -con unos 500 millones de euros de inversión en 2011- y formaría parte de la entidad líder del sistema financiero español.

Por su parte, Caixabank podría reforzar su cuota de mercado en territorios en los que hasta ahora contaba con una representación minoritaria, como Navarra, Burgos o Canarias. Asimismo, la entidad presidida por Isidro Fainé se haría con el liderazgo financiero en Andalucía, región en la que ya cuenta con una gran implantación -es la tercera comunidad por densidad de su red de oficinas- y con la que su obra social tiene un fuerte compromiso.

Tanto Caixabank como Banca Cívica cotizan en Bolsa, lo que facilita enormemente la operación en términos jurídicos. Según fuentes financieras, los contactos se centran actualmente en la due dilligence y en la ecuación de canje de acciones, que es la clave para valorar el monto de la operación. La capitalización bursátil de Banca Cívica asciende a 1.140 millones de euros al cierre de la sesión de ayer, lo que supone alrededor de un 9% de la valoración en el mercado de Caixabank, situada en 12.772 millones de euros.

El mercado anticipa que la incertidumbre se despejará esta misma semana. Las expectativas se reflejaron ayer en los vaivenes que sufrieron ambos grupos en el parqué. Banca Cívica llegó a subir en la sesión hasta un 5,56%, aunque al final de la jornada cayó un 1,12% y cerró en 2,29 euros, el mínimo del día. Por su parte, los títulos del gigante financiero que preside Isidro Fainé se revalorizaron un 2,02%, hasta 3,33 euros.

En el caso de Ibercaja, la valoración de la operación también es clave, ya que la entidad aragonesa no se resigna a tener un papel minoritario pese a que su tamaño es inferior al de Banca Cívica. No obstante, el grupo aragonés está abocado a ganar dimensión ya que su activo se sitúa en torno a 60.000 millones de euros, lejos del volumen que el Gobierno considera adecuado con la reforma financiera, por lo que mantiene firme su apuesta.

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