coyuntura Conferencia de José Manuel González-Páramo, miembro del comité ejecutivo del BCE

El BCE saca pecho de sus decisiones para salvar el euro

  • González-Páramo defiende que "carece de sentido" hablar de quiebra de España pero cree que el crédito aún tardará en llegar a familias y empresas por su endeudamiento

"Volver la vista atrás y ver la senda que nunca se debería volver a pisar". Estos versos de Antonio Machado resumen la conferencia que ayer pronunció en el Foro Antares José Manuel González-Páramo, miembro del comité ejecutivo y del consejo de gobierno del Banco Central Europeo (BCE). González-Páramo recurrió al poeta sevillano tanto en el arranque como en el cierre de su alocución, que no fue sino una firme defensa de las medidas que ha tomado el BCE en los últimos cinco años, muchas de ellas en contra del criterio del núcleo duro del euro, encarnado en la ortodoxia alemana.

Como punto de partida, el directivo del BCE señaló que el euro nació confiando en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento como única garantía de cohesión. Y no perdió la ocasión de recordar que los principales países de la Eurozona "fueron los primeros en incumplirlo" -en alusión a Francia y Alemania-, además de subrayar que "un presidente de la Comisión Europea dijo que era un pacto estúpido".

La tormenta financiera desatada por la caída de Lehman Brothers y la constatación de las mentiras de Grecia en sus estadísticas pusieron en evidencia las debilidades de la Eurozona, que en su opinión han sido conjuradas por la creación de mecanismos de rescate o el pacto fiscal para consagrar el equilibrio presupuestario en Europa. Este proceso ha ido en paralelo de una serie de decisiones del BCE que González-Páramo insistió en inscribir en el único mandato de la autoridad monetaria -la estabilidad de precios- ya que permitieron evitar la deflación o caída de precios y una quiebra generalizada del sistema financiero europeo o "credit crunch". "Cuando un sistema bancario se enfrenta a vencimiento de 210.000 millones de euros en el primer trimestre de 2012 y de medio billón de euros en todo el año, se expone al desplome, y esto no podía ocurrir", incidió.

Fueron decisiones que se adoptaron sin guías, porque era la primera vez que la economía europea se enfrentaba a una crisis simultánea y correlacionada del sistema bancario y de las finanzas de los estados. Aunque falta de orientación no significa ausencia de planificación. "Son medidas de alcance temporal. Antes de entrar en la cueva, hay que saber salir, aunque no se sepa cuándo", recalcó.

González-Páramo no eludió el debate sobre la caída del crédito a familias y empresas, pese a la ingente liquidez ofrecida a los bancos. Sin referirse expresamente a España, el consejero del BCE recordó que "un país muy apalancado no puede esperar que de repente florezca el crédito". En otras palabras, la economía española aún tiene que devolver parte de lo adeudado antes de recuperar el flujo crediticio. A pesar de que el grifo aún sigue cerrado para las familias, el directivo cree que la ventana de liquidez se ha notado en la economía real, gracias a que los bancos han invertido en deuda pública de los estados.

El consejero del BCE sí que se refirió a España en declaraciones a los medios previas a la conferencia, donde recalcó que "carece de sentido" hablar de un default,en respuesta a los rumores que han inflado la prima de riesgo en los últimos días. "España es un país cuya deuda pública es baja comparada con la media de la UE, está reformando su mercado de trabajo y su sistema financiero. Está a punto de presentar un presupuesto y con un objetivo de déficit del 5.3% en 2012 y del 3% en 2013. Hablar de escenarios extremos no tiene sentido", afirmó González -Páramo, que no quiso pronunciarse sobre su futuro - su mandato expira en mayo y entra en las quinielas para sustituir a Miguel Ángel Fernández Ordóñez al frente del Banco de España- ni sobre si España debe mantener su puesto en el núcleo duro del BCE. "Eso es competencia de los políticos", apostilló.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios