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El sufrimiento vale la pena para sumar un gran triunfo

Nene pelea por un balón en un encuentro de esta temporada.

Nene pelea por un balón en un encuentro de esta temporada. / manuel aranda

Los milagros existen y de ello puede dar fe el Cartaya. El San José lo bailó en la primera mitad pero sin gol y el tanto de Lolo le dio respiro y fe para conseguir un triunfo que vale media vida. A base de contragolpe y entrega, el equipo de Mikel logra el segundo triunfo de la temporada.

A estas horas aún nos estamos preguntando cómo el San José se marchó al descanso sin hacer gol y cómo se marchó al intermedio el Cartaya por delante. La exhibición del equipo sevillano en los primeros cuarenta y cinco minutos fue simplemente sublime. Laterales, largos y con llegada, dominio de todos los conceptos del fútbol moderno, dinámico y asociativo y lo mismo era la izquierda que la derecha, puñales, sumando también el juego interior, por la columna vertebral del partido. Es lo que se dice fútbol total, con un dominio abrumador. Sin embargo, el golazo de Lolo al minuto de partido le sirvió al conjunto de Gandarias para marcharse milagrosamente por delante en el marcador a tiempo de descanso.

La única buena noticia, porque a la inferioridad en el juego se sumó la lesión de Quino, sustituido por Pereira. Recuerdo que el Cartaya sólo tiene dos centrales específicos y eso supone un severo dolor de cabeza. Hasta el público silbó, y es la primera vez que eso acontece en las últimas temporadas.

Mikel Gandarias, consciente de la inferioridad de su equipo en todo el campo realizó otro cambio que resultó vital para el triunfo. Dio entrada al joven Raúl en el lateral, volvió a adelantar a Sergio y el Cartaya respiró como el que gana la vida y la sonrisa. A raíz de ahí el San José ya no fue tal temible, fue descendiendo prestaciones y los siguientes cambios acabaron por enterrar a los sevillanos mientras que los del Cartaya catapultaron al equipo, apostando por la velocidad y sin miedo al ataque.

Así, a base de contragolpe el Cartaya encontró el premio a su resistencia. Balón largo, lo gana Alex Franco y después de un recorte bate a Isaac. Minuto 87 de juego. Fue el respiro eterno porque la victoria se vendía como auténtica final para el Cartaya, que si caía se descolgaba de manera preocupante.

Gustó el San José y su apuesta, pero no tuvo gol y eso le condenó. Por su parte, el Cartaya, descuadrado en la primera mitad, encontró equilibrio y resistencia y al final le premió la entrega. Es un triunfo de importancia, que le debe dar al conjunto de Gandarias moral para lo que llega. Pero no debe olvidarse de lo que pasó en la primera mitad, que fue un milagro en toda regla.

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