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El serial Ronaldinho toca a su fin

  • Las declaraciones de Laporta y Rijkaard dejan al brasileño sin respaldo en el club

El desencuentro que vive el brasileño Ronaldinho con el Barcelona y parte de la afición culé parece que ha iniciado un camino sin retorno, después de la contundencia en las declaraciones expresadas por el presidente del club, Joan Laporta, quien desaconsejó que el foco de atención fuese el jugador y sí el equipo.

El futbolista sigue instalado en un proceso de recuperación por unas molestias musculares que asegura que padece en el aductor de la pierna derecha y ayer ha vuelto a trabajar en el gimnasio, lejos del grupo de barcelonistas que se han entrenado en la ciudad deportiva.

Después de tres partidos de baja como consecuencia de estas molestias, nadie en el club se atreve a pronosticar si Ronaldinho viajará con sus compañeros este fin de semana para jugar en Sevilla contra el Betis.

En el serial de Ronaldinho, las declaraciones de Laporta se presentan como un punto de inflexión, cuando el mandatario barcelonista pidió respeto para el jugador a la vez que apuntaba lo siguiente: "Ahora hay que buscar al equipo por encima de las individualidades. Y si las individualidades no están a disposición del entrenador, pues que hagan todo lo posible para recuperarse".

Nadie en la entidad ha hablado claro acerca de qué está sucediendo con el jugador desde hace meses y cuya situación ha originado que se haya perdido tantos entrenamientos y partidos debido a lesiones o supuestas dolencias musculares. En cambio, corren por el entorno barcelonista numerosos rumores de una vida desorganizada, que influye negativamente en su carrera.

El hecho que parece estar claro es que el Barcelona no cuenta con el jugador en este sprint final de campeonato. No significa ello que si el jugador se recupera de sus dolencias y alcanza una condición óptima regrese a una convocatoria, pero a diferencia de años atrás, el club no se siente prisionero del jugador para disputar sus encuentros.

Pocos en el Barcelona creen reversible esta espiral de sospechas, acusaciones y verdades a medias en el entorno del club. Lo que sí que parece que va a ocurrir es que el entrenador, Frank Rijkaard, ya no se siente en deuda con el futbolista, a quien tantas veces ha protegido en los últimos meses, y que no padecerá ninguna presión para alinearlo.

Al margen de su recuperación, el club ya se plantea prescindir de él para la próxima campaña.

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