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Las peleas en McLaren dejan el título en bandeja a Raikkonen

  • El mundial de Fórmula 1 fue el más competido de los últimos años y sin duda el más amargo para el asturiano Fernando Alonso, que se desvinculó de la escudería británica para regresar a Renault

El mundial de Fórmula 1 de la presente temporada ha sido uno de los más competidos de la historia del automovilismo y el más amargo para Fernando Alonso, tercero, que perdió el título por tan sólo un punto frente a Kimi Raikkonen y el segundo puesto, con los mismos que su compañero Lewis Hamilton.

Pero el mundial de Fórmula 1 no sólo se ha jugado en la pista, sino fuera de ella, con los casos de espionaje de Mclaren hacia Ferrari, resuelto con la exclusión del mundial de la escudería británica en la clasificación de constructores, y el de Renault hacia Mclaren, que terminó hace quince días con la culpabilidad de la primera, pero sin sanción.

Fernando Alonso lograba su primera victoria con Mclaren en la segunda carrera, en Malasia, y todo transcurría por caminos placenteros hasta el Gran Premio de Mónaco en el que se imponía Alonso y su compañero Hamilton, que no cesó de acosarle hasta la última curva, denunció a su equipo de favorecer al español. A partir de este momento, la convivencia dentro del equipo comenzó a deteriorarse rápidamente.

Pero la clave del mundial hay que situarla en el GP de Hungría. Hamilton, líder con dos puntos de ventaja sobre Alonso, desobedece repetidamente las ordenes del equipo para impedir que el asturiano pueda dar una vuelta extra en la sesión de clasificación, y éste retrasa su salida a la pista en el último intento para impedir que Hamilton pueda completar su última vuelta.

Intercambio de insultos entre Hamilton y el director de la escudería, Ron Dennis. Denuncia de Hamilton a su equipo ante los comisarios y, sin que figurara la acción de Fernando Alonso en ningún reglamento, éstos sancionaban al asturiano con la pérdida de cinco puestos en la salida y al equipo la pérdida de los puntos en el mundial de constructores.

Pero en la mañana de ese Gran Premio Ron Dennis y Fernando Alonso protagonizaban otra agria discusión, en la que el piloto amenazó a Dennis con entregar documentos a la FIA relacionados con el espionaje a Ferrari. La FIA pedía a los pilotos de Mclaren-Mercedes que colaboraran en la investigación. Alonso y De la Rosa entregaron correos electrónicos y tras una nueva reunión del Consejo Mundial, la FIA excluía a McLaren del mundial de constructores y le imponía una multa de 100 millones de dólares, la mayor en la historia del deporte.

Tan sólo faltaban cuatro pruebas por disputarse y Hamilton contaba con tres puntos de ventaja sobre Alonso y 18 sobre Raikkonen. En Bélgica los Ferrari iban a dominar sobre los Mclaren y se llegaba a otra prueba clave de la temporada, el GP de Japón.

Los Ferrari no eran informados de que tenían que partir con los neumáticos de lluvia extrema como el resto de los coches y se veían obligados a parar en la tercera vuelta, quedando relegados a los dos últimos puestos. Fernando Alonso sufría un accidente y Hamilton, que marchaba líder, provocaba el accidente de Mark Webber y Sebastian Vettel.

La acción de Hamilton fue investigada al final de la carrera y los comisarios no encontraron nada punible. Tras esa carrera, el británico tenía vía libre para convertirse en el primer debutante en conseguir el título mundial. En China, con las ruedas en las lonas, Hamilton entraba demasiado fuerte en ángulo de entrada a la calle de boxes y sumaba su primer abandono de la temporada y propiciaba que a falta de disputarse el Gran Premio de Brasil, tres pilotos aspiraban a conseguir el campeonato.

Hamilton lo tenía todo a su favor, pero en menos de un kilómetro echaba por tierra todas sus opciones y, relegado a la séptima posición, perdería todo lo que había hecho durante el resto de la temporada. Raikkonen se proclamaba campeón del mundo y Fernando Alonso era tercero, empatado a puntos con Hamilton y a uno del finlandés. Dos semanas después de Brasil Fernando Alonso, al que le quedaban aún dos años de contrato, se desvinculaba de Mclaren y hace pocos días anunciaba su regreso a Renault.

natación

El gran reto de Phelps: siete oros olímpicos en Pekín'08

El nadador estadounidense Michael Phelps dejó todo listo en 2007 para superar el año que viene una las marcas del deporte mundial y olímpico durante los próximos Juegos de Pekín: la siete medallas de oro que en Múnich'72 consiguió su compatriota Mark Spitz.

Phelps compitió en los Mundiales de 2007 con la vista puesta en la competición de la capital china y a punto estuvo de ganar ocho medallas en Melbourne el pasado marzo.

En Melbourne subió en siete ocasiones a lo más alto de podio: en los 100 y 200 metros mariposa; en los 200 y 400 estilos; en los 200 libre y en los relevos 4x100 y 4x200 libre. Batió los récords del mundo de 200 libre, 200 mariposa, 200 estilos y 400 estilos y con el equipo estadounidense del relevo 4x200 libre.

La paradoja llegó en la última jornada, cuando todo el mundo daba por hecho que ganaría la octava y en las series clasificatorias, uno de sus máximos rivales, pero compañero de equipo, Ian Crocker, se precipitó al tirarse al agua y el equipo de los Estados Unidos fue eliminado.

Phelps, nacido en 1985, perdió la posibilidad de disputar su octava medalla. Aún así superó el récord de medallas en un Mundial, que estaba en posesión del australiano Ian Thorpe desde los de Fukuoka (Japón), en 2001, con seis preseas de oro.

Pero no todo fue perfecto para Phelps en 2007. El pasado otoño se rompió la muñeca derecha y en los campeonato nacionales se vio superado por Ryan Lochte.

Entre las nadadoras destacaron la australiana Lisbeth Lenton y la francesa Laure Manaudou. La primera fue la triunfadora de los campeonatos de su país, logrando cinco medallas en Melbourne, todas ellas de oro; además, el equipo femenino de Australia, del que formó parte Lenton, batió el récord del mundo del relevo de estilos.

Pero la francesa Laure Manaudou fue la protagonista del año. No sólo por su extraordinaria competición en la ciudad australiana, sino por el "culebrón" vivido a lo largo de 2007 y su decisión tras los mundiales de dejar a su entrenador Phillipe Lucas e irse a vivir a Italia, donde residía su novio transalpino Luca Marin.

Manaudou subió en Melbourne en tres ocasiones a lo más alto del podio, 200 y 400 libre y 100 espalda, ganó la plata en los 800 metros libre y el bronce en los 4x200 libre. La estrella francesa también tuvo problemas con los técnicos italianos y, tras el verano, regresó a su país, donde entrena con uno de sus hermanos.

En España, la natación, un año más, tuvo un nombre: Erika Villaecija. La barcelonesa fue cuarta en sus dos pruebas individuales: 800 y 1.500 metros libre en los mundiales, y será la única española con opciones de medalla en Pekín.

La última medallista olímpica española en este deporte, Nina Zhivanevskaya, bronce en 100 metros en Sydney 2000, volvió a la competición tras su maternidad y prepara su participación en los Juegos Olímpicos de Pekín.

Entre las jóvenes destacó Mireia Belmonte, que en abril en Cádiz rebajó la mejor marca nacional de los 400 estilos en poder de Lourdes Becerra desde los Juegos Olímpicos de Atlanta'96. El año se cerró con cuatro medallas en los Europeos de piscina corta de Budapest: la plata de Villaecija en los 800; dos bronces para Aschwin Wildeboer, otro de los destacados en 2007, en 50 y 100 espalda; y otro tercer puesto para Belmonte en los 400 estilos.

atletismo

Gloria para Gay y Gebre; infierno para Marion Jones

Las hazañas de Tyson Gay, triple medallista de oro en los Mundiales de Osaka, y Haile Gebreselassie, nuevo plusmarquista mundial de maratón, compartieron en 2007 el escaparate atlético con la caída de un nuevo ídolo, Marion Jones, que confesó su larga relación con el dopaje.

La reina de Sydney 2000, la primera atleta que ganó cinco medallas olímpicas en unos mismos Juegos (tres de oro y dos de bronce), reconoció el 8 de octubre, con lágrimas en los ojos, que en su preparación de los Juegos australianos el dopaje tuvo importancia decisiva. La IAAF la suspendió por dos años, anuló todos sus registros a partir del día en que, según ella, empezó a doparse (el 1 de septiembre de 2000).

Los Mundiales de Osaka refrendaron la hegemonía de Estados Unidos, que repitió el récord de 14 medallas de oro logrado en Helsinki'05 y aportó a los campeonatos el rey (Tyson Gay) y la reina (Allyson Felix). Con tres medallas de oro (100, 200 y 4x100) y una espectacular victoria sobre el plusmarquista mundial, el jamaicano Asafa Powell, Tyson Gay se ganó un hueco en los anales del atletismo al igualar la gesta de Carl Lewis en los primeros Mundiales (Helsinki'83) y Maurice Greene en Sevilla'99.

Los títulos de Allyson Felix, campeona individual de 200, alcanzaron menor rango porque dos de ellos fueron compartidos con sus colegas en los dos relevos.

EE.UU. no sólo amplió su ventaja en puntos y medallas sobre Rusia, sino que logró un doblete histórico, como el de Bernard Lagat en 1.500 y 5.000, jamás conseguido antes en unos Mundiales.

Asafa Powell resucitó una semana después de la clausura, el 9 de septiembre, con un nuevo récord mundial de 100 metros (9.74) en la pista talismán de Rieti (Italia). Veinte días después, el 30 de septiembre en Berlín, el etíope Haile Gebreselassie se hizo con la plusmarca mundial de maratón, arrebatándosela al keniano Paul Tergat (2h04:26).

El atletismo perdió en 2007 a uno de sus mitos, el discóbolo estadounidense Al Oerter, a los 71 años, ganador de cuatro medallas de oro consecutivas en los Juegos Olímpicos (1956, 1960, 1964 y 1968), algo que solo él y Carl Lewis han logrado hasta ahora.

Marta puso broche de oro a un año más bien discreto

Marta Domínguez, campeona de Europa de cross en Toro (Zamora) la primera vez que lo intentaba, puso broche de oro a un año discreto para el atletismo español en el que brilló, por encima de la tercera plata mundialista de Paquillo Fernández, el bronce de Mayte Martínez en una vibrante final de 800.

En peligro de acabar el año en blanco por las lesiones, Marta Domínguez, ausente en los Mundiales de Osaka, remató la campaña con un oro en los Europeos de cross que vino acompañada del doble título por equipos y del bronce de Rosa Morató.

Pero el momento cumbre de la temporada española sólo tuvo una recompensa. Mayte Martínez ganó la medalla de bronce en los Mundiales de Osaka al final de una recta inolvidable en la que pasó del séptimo al tercer puesto. En una final de altísimo nivel, Mayte hizo una exhibición de garra y acabó tercera con la segunda mejor marca española de la historia (1:57.62).

El atletismo español cuajó en la cita nipona una actuación sin apenas medias tintas en la que el éxito de una docena de atletas contrastó con el fracaso de algunos de sus clásicos. Los campeonatos habían empezado mal para España porque el capitán Manuel Martínez no pasó la primera criba. El maratón no dio nada a España el primer día, pero el segundo cayó el primer metal, aunque en esta ocasión se hizo de rogar, hasta que el Jurado de Apelación recalificó a Paquillo Fernández, que había sido segundo tras el ecuatoriano Jefferson Pérez.

La tercera medalla llegó también del sector de marcha. La barcelonesa María Vasco -bronce- regresó a un podio universal siete años después de convertirse en Sydney en la primera atleta española que ganaba una medalla olímpica (otro bronce).

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