La suspensión definitiva del rally Lisboa-Dakar 2008 (que debía haberse iniciado el pasado 5 de enero y concluir el 21) ha supuesto un duro golpe tanto a la carrera en sí como al deporte en general. La prueba iba a contar con la presencia de un onubense, Manuel Borrero, del equipo Construcciones Borrero Gómez-Huelva Información, que finalmente se ha quedado con la miel en los labios y no podrá competir a los mandos de un camión Mercedes.

El piloto de Lucena del Puerto asegura que la suspensión del Dakar 2008 debido a amenazas terroristas "es algo bastante fuerte, un golpe muy gordo. A los participantes no se nos consultó nada, se nos convocó a una reunión y nos comunicaron la anulación. Nos dijeron que hubo atentados en Mauritania y existía un riesgo grande de nuevos atentados, por lo que tuvieron que tomar esa decisión", manifestó.

"Ni me lo creía al principio ni me lo creo todavía; aún conservo la pulsera puesta por si me llaman. Entiendo la decisión de la organización, ya que si no pueden asegurar la seguridad es lógico que no se arriesguen, pero esperaba una respuesta bien de la Unión Europea, bien de los gobiernos implicadosý había participantes de unos 80 países y eso ha sido un atentado contra la libertad. Los participantes hemos perdido mucho, pero también la sociedad, porque ahora ha sido el Dakar, pero mañana le puede tocar a un Mundial de fútbol, a unos Juegos OlímpicosýYo estaba dispuesto a asumir ese riesgo (de competir); iba muy preparado para afrontar la carrera, llevo años entrenándome para afrontarla con éxito", añade.

"Quizás se podrían haber hecho las etapas de Europa, de Marruecos (por donde no había problemas) y tras esos 6 días tomar una decisión, si volver atrás o entrar en Mauritania. La organización sí ha hecho lo correcto, pero los gobiernos no", afirma con rotundidad el onubense.

Manolo Borrero continúa argumentando que "se ha sentado un precedente preocupante; no sé dónde quieren llegar los terroristas, porque esto no tiene ni pies ni cabeza, pero lo cierto es que hemos agachado la cabeza. Creo que en Mauritania hubiese sido relativamente fácil controlar el tema de la seguridad, porque es un país llano en el que no hay nada; no es lo mismo si fuese una zona montañosa o en una ciudad. Además Mauritania es uno de los países más pobres del mundo y el Dakar le deja riqueza, combustible, comida, etc, con lo que ganaban estos días subsistían casi todo el año", recuerda.

Manolo Borrero cree que con esa medida "se le da un golpe muy gordo al Dakar, casi definitivo". "A nivel personal espero tener fuerzas para volver a participar; el esfuerzo que se requiere para competir en una prueba de esta envergadura es enorme y si no estás plenamente motivado no merece la pena. El Dakar es especial, una prueba completamente diferente al resto, no tiene nada que ver con las demás. Es la aventura máxima, supone velocidad, resistencia, convivencia, superar obstáculos, kilómetrosý Es libertad en estado puro".

Se barajan varias posibilidades como alternativas, ya que a día de hoy es poco probable que la carrera tenga como punto de llegada el lago Rosa de Dakar. Así, las principales opciones son una carrera por Suramérica o bien desde París hasta Pekín pasando por Moscú. "Yo me apuntaría sea donde sea, porque lo que me gusta es la aventura, pero no será lo mismo, no se pueden comparar", añade.

En un segundo plano quedan las enormes pérdidas económicas que genera una suspensión en una prueba de este calibre: "Estamos hablando de mucho dinero, muchas personas que han comprado un vehículo, que le han hecho mejoras, el tema de los patrocinadoresý no se sabe aún si devolverán el dinero de las inscripciones, etc".

Ahora Manuel Borrero tendrá que 'reorganizar' la temporada deportiva y centrarse en nuevos objetivos: "Si es posible me gustaría correr todas las prueba del Campeonato del Mundo con el mismo camión con el que iba a participar en el Dakar, o al menos disputar algunas, pero tengo que hablar con los patrocinadores para ver su disposición, depende del apoyo que reciba", concluyó.