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Las estrellas siempre brillan

  • Ases Marc Gasol y Ricky Rubio, con Garbajosa y Navarro de escuderos, tiran del carro en un duelo de preparación Revés Felipe Reyes causó baja por una lesión leve en la espalda

Un lujazo de selección. ¿Por qué? Carlos Jiménez ya no está, José Manuel Calderón volverá pero no competirá en Polonia, Pau Gasol se lastimó y anda de rehabilitación, y ayer tuvo un percance leve Felipe Reyes en la espalda por la mañana. Total, varios de los primeras espadas estaban out. Pero quedan otros.

Navarro, artillero de primer nivel, y dos interiores sobresalientes, Marc Gasol y Garbajosa, se bastaron en la primera parte para distanciar al fogoso, e impreciso, equipo británico. Tras un inicio dubitativo del grupo de Sergio Scariolo, un triple de Garbajosa dejó atrás a los isleños, un exiguo 13-10 que fue creciendo hasta obtener una cómoda ventaja antes del intermedio.

Al madrileño se le unió en la fiesta un Navarro atinado en el triple, con alguna bomba de la casa y, además, un pase por la espalda en un contragolpe culminado por Rudy. Lo de Marc Gasol es un no parar. Los límites de este interior están por descubrir. Hace de todo, hasta correr en las transiciones rápidas, y mete el balón para abajo para que no haya dudas de que entrará. Ellos tres, junto a una activa defensa de Ricky Rubio, con un cable de Llull, alejaron a los británicos al final del primer parcial y al comienzo del siguiente, con dos triples seguidos, pam-pam, de Navarro en el minuto 12 (29-17).

Hasta los 16 puntos de renta adquirieron los anfitriones antes del parón para refrecarse en la caseta. Probó Scariolo con una defensa zonal 2-3 que Reinking se encargó de romper con un par de triples. España, en esos 20 minutos, jugó por dentro al principio y por fuera al final. Con Marc Gasol, Garbajosa, Navarro y los largos brazos de Ricky, Gran Bretaña no era oponente, aunque al descanso sólo caía por 13: 44-31.

Las sombras planearon cuando España se topó en el tercer parcial con un incordio de zona 2-3 por parte de su adversario. Se le nubló la mirilla al equipo de Scariolo, anotando únicamente siete puntos en otros tantos minutos. Tampoco los británicos asustaron, aunque el partido entró en un episodio de tedio a causa del desacierto de parte y parte. A los seis minutos de la reanudación hicieron acto de aparición Ricky y Garbajosa para animar el cotarro, aunque no fuera hasta el cierre del cuarto cuando un triple de Navarro, un robo de Ricky y otra canasta de tres sobre la bocina del joven de El Masnou mandaron la renta hasta los 17 puntos para encarar el último periodo con mucha tranquilidad.

El joven base, aún del DKV Joventut, actuó también como escolta y desde esa posición no desperdició las oportunidades recibidas para encestar desde la línea de tres. Otro triple de Cabezas acercó a la veintena la renta de España, que sin visos de despeinarse había dejado muy atrás a Gran Bretaña, más anárquica en el juego que organizada.

El festival de Ricky, gran reclamo de la parroquia hispalense junto a Navarro, a falta del Gasol mayor, no descansó más hasta el final, manteniendo una horquilla entre 15 y 20 puntos gracias a que la selección, cuando quiere, suele anotar. El partido, en absoluto bronco, terminó con una técnica boba a Freeland que sólo valió para que la selección rebasara la barrera de los 20 de ventaja.

Queda tela por cortar, mucha, de aquí hasta llegar al Eurobásket, ese torneo con el que sueñan José Luis Sáez y Pau Gasol. Sin éste, con el dedo índice de la mano izquierda curándose, y sin Felipe Reyes,la selección tiró de los mejores artistas con los que cuenta. Debe ir Scariolo limando los sistemas ofensivos para no empacharse de balón con las zonas de los rivales e incluso forzar la máquina defensiva cuando el choque lo requiera.

Después de Cuba, el siguiente paso era probar ante un equipo más hecho, aunque no sea un gallo de corral, ni de lejos. Ahora hay que testar el estado de forma español con Eslovenia y luego con Lituania. Falta afinar. Claver, nervioso, tiene que centrarse porque puede dar mucho gracias a su versatilidad, aunque no hay que obviar que son pruebas y más pruebas para que el equipo llegue a toda máquina a Polonia. El reto espera allí; aquí, en San Pablo, la idea es que la sinfonía vaya sonando de dulce. Queda, pero sonará.

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