fútbol 3 división de honor sénior

Un estelar Ordóñez pone el Luis Rodríguez patas arriba

  • El Cartaya lo intenta todo pero sufre el lastre de la lesión de Canterla

Ordónez (izq.), en Cartaya durante el partido de la pasada temporada.

Ordónez (izq.), en Cartaya durante el partido de la pasada temporada. / dani gómez

Hay partidos que merecen ser explicados al mínimo detalle. La sola puesta en escena ya merece comentario. Y más cuando se medían dos rachas de altos vuelos, a lo que hay que añadir que era un derbi, con cuentas pendientes de la pasada Liga. El Cartaya, que se llevó los dos choques de la pasada campaña, recibió de su propia medicina. Dos llegadas valverdeñas y asunto cerrado.

El choque prometía muchísimo. Y no defraudó. El Cartaya, fiel a su apuesta de las últimas jornadas salió dando un paso al frente, a lo que la Olímpica respondió comprimiendo el campo. Así, a los seis minutos, una galopada de Luis Ligero, con pase de la muerte, la aprovechó David para batir a Ferriol. La jugada, ya de por sí cargada de verticalidad, la cerró el centrocampista de la Olímpica con un sutil remate cargado de intencionalidad. Suave, ajustado, con un mensaje claro para el portero: "no te tires".

El gol no hizo sino poner en valor el partido, llenarlo de lustre a las primeras de cambio. Y ponía al Cartaya en una disyuntiva importante, si salir o esperar, si volverse loco o echar templanza. Ahí se debatió el conjunto de Limón unos minutos, justo hasta que Joselito dejó de ser Joselito y la defensa local comenzó a sujetar las dos alas visitantes. Luis Ligero por un lado y un impresionante David Ordóñez por el otro.

Debatido el estado emocional y controlado el asunto de los extremos, apareció Lolo para tomar el mando de las operaciones rojillas y a la media hora él mismo empató el partido. Chutazo violentísimo desde la frontal, dio en el poste y luego en la espalda de Nacho. Gol. La jugada, patentada por Lolo por esos chutazos que sacan astillas a los palos, despertó el instinto asesino de los Limón, que aunque lo intentaron todo para poderse por delante ante del descanso no lo lograron.

Ninguno de los dos entrenadores movió nada en los albores del segundo tiempo. Y fue el Cartaya, empujado por el empate de antes el que agarró iniciativa y balón. Y por momentos, aunque el partido se tomaba una tregua, fueron los locales los que comenzaron a poner cerco al portal de Nacho. Pero dentro de la vorágine de ataque y contragolpe, al Cartaya se le cayó Canterla, por lesión, y eso, al final, iba a resultar demoledor para el equipo de Limón. El entrenador, en un arrebato de valentía, retrasó a Novoa al lateral y puso por delante en mismo costado a Lolo primero y luego a Juanki, que reaparecía. A la Olímpica se le fue cayendo Joselito y luego Ligero, pero no Ordóñez. Claro, la apuesta tenía sus riesgos. O el Cartaya se salía en ataque o sufriría en defensa. Y ocurrió lo segundo.

Ordóñez encontró una autopista por la que penetró mil veces, hasta el punto que en el 87 agarró por enésima vez la línea de fondo y puso un centro que remató a la red Braulio, con Ferriol sin moverse de la línea, sin marcar territorio. Antes el Cartaya tuvo acercamientos suficientes y ocasiones para que el resultado fuese otro. Pero así es la grandeza del fútbol.

No se le puede reprochar nada a Limón porque se vistiese de valentía cuando vio la temperatura de su equipo, aunque no divisó el peligro de Ordóñez, que al final lo mató. Fue el partido que todos sueñan en un derbi, que se suelen distinguir por todo lo contrario. La Olímpica resistió y supo esperar su momento. Y Ordóñez lo destrozó todo con su velocidad y profundidad. Se llevó el partido la Olímpica como se lo pudo llevar el Cartaya. Se rompe una racha, la rojilla, y se eleva al infinito la valverdeña. La lectura es que ambos están para muchas cuestiones en la Liga. Y eso es una estupenda noticia para el fútbol onubense, ávido de partidos así que enganchan aficionados. La película tendrá una segunda parte, en Valderde, en la segunda vuelta. Hasta entonces lo que se tienen que proponer después de lo visto es seguir honrando el fútbol de Huelva.

Cartaya: Ferriol, Jacobo (Guille), Franci Ruiz, Oliveira, Canterla (Juanki), Canito, Mario, Lolo, Novoa, Juanma Barba y Pitu (Zambrano). Olímpica Valverdeña: Nacho, Germán, Iván, Mario, Antón, Pachón, Luis Ligero (Sebi), David (Vega), Braulio, Joselito (Ángel) y Ordóñez. Goles: 0-1 m. 6 David; 1-1 m. 30 Lolo; 1-2 m. 86 Braulio.Árbitro: Del Río Lozano, de Sevilla. Amonestó por los locales a Canito y Lolo y por los visitantes a Antón, Pachón, Joselito, Ordóñez y Vega. Bien en líneas generales. Incidencias. Tarde lluviosa y fría. Campo en estupendas condiciones. Unos 400 espectadores.

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