Uno más. No es la redifusión futbolística del conocido 'Atrapado en el tiempo' y su día de la marmota, ese día que se repetía sin cesar sin que el protagonista entendiera nada de lo que estaba pasando, hasta que lo asumió. Es simplemente el relevo en el banquillo del Recre, que parece que tiene asientos eyectables e hilo musical con la musiquilla de "se va el caimán, se va el caimán, se va para Barranquilla...".

Ayer asistimos al quinto cambio de guardia en dos años. Y todos, casi todos, marcados por el denominador común del "perfil idóneo para la plantilla", como le gustó decir a Alfonso Serrano, actual director deportivo de la entidad.

Serrano, valedor del hasta el lunes técnico del Decano, agradeció su trabajo y le deseó suerte para su futuro -"esa suerte que el ha faltado aquí", dijo-, al tiempo que expresó, otra vez, su convencimiento de que el nuevo técnico "joven, con ganas y que viene con ilusión", "puede ser un buen revulsivo para que la plantilla saque las condiciones que todos pensamos que tiene". No son nuevas. Puede que si para Serrano, pero por estos lares ya son conocidas.

El director deportivo, bajo ningún concepto aceptó la palabra fracaso para definir su proyecto, ya que para él "quien trabaja duro, se entrega al máximo, da lo que tiene, no puede fracasar". Sí, en cambio habló de que hay más de un culpable, y entonó el 'mea culpa' al decir eso de "el primer culpable de todo esto es la dirección deportiva, como máximo responsable de la parcela deportiva; luego está el entrenador; y luego unos jugadores, que son los que ganan y pierden los partidos".

El futuro está servido. Javi López es historia y el Recre se echa en brazos del nuevo técnico. Un relevo que es un duro golpe a la línea de flotación económica de una entidad, que confiesa día sí día también su parquedad en esta materia. Lo que podría tener efectos colaterales en el llamado 'mercado de invierno': "Lo estamos estamos valorando -dijo Serrano-, tenemos que estar pendientes y ver si hay algún jugador que pueda que puede mejorar el nivel competitivo de la plantilla, y que se adapte a las exigencias económicas". Aunque claro, con la frase como cerró su comparecencia ya era un aviso a navegantes: "La plantilla es lo suficiente competitiva y equilibrada como para no hacer nada en invierno". No hay más que hablar.