Recreativo-Ponferradina

Un 'déjà vu' peligroso (0-2)

  • Familiar Ante los mismos problemas y frente a situaciones conocidas, el Decano se quedó de nuevo sin respuestas Impotencia El conjunto albiazul acumula ya tres derrotas consecutivas en la Liga

Van tres sin síntomas de mejora. Más bien al revés. El Recreativo involuciona. No avanza. Permanece atrapado en su propio laberinto futbolístico. Delimitado por las vallas que él solo se puso. Señaló Sergi Barjuan al término del encuentro al árbitro. Es cierto que a Jesús Rubio no se le señaló un claro penalti, menos discusión admite la entrada fuera de lugar de Brozek. El choque habría cambiado, especialmente con la primera acción. Pero, como el día del Sabadell, los problemas que denota este equipo parecen tener un calado mayor que una decisión del colegiado. Bien haría el catalán en mirar alrededor, más próximo, más cercano, incluso a sí mismo para encontrar responsabilidades.

El Decano se ha estancado. Su juego carece de la frescura y la velocidad de jornadas anteriores. Un equipo que tiene en la posesión del esférico su principal argumento no puede ser lento porque se vuelve previsible y fácilmente anulable. No ha evolucionado a la vez que sus oponentes fueron tomándole la medida. El Sabadell, el Guadalajara o la Ponferradina supieron leer mejor sus partidos. Le presentaron una presión incómoda en el centro del campo. Ofrecieron una disposición sobre el terreno del juego ante la que los albiazules se mostraron incapaces de ofrecer soluciones válidas. A base de insistir una y otra vez en la misma fórmula sólo acrecentó la postura de su oponente. Suma ya dos encuentros sin ver la puerta contraria. El paradigma del fútbol creativo no llega, no acecha, no define, apenas inquieta. Y encima su sistema defensivo no se sostiene.

Cayó el Recre ante el Sabadell. No aprendió la lección en el Pedro Escartín. Nuevas dificultades en la salida del esférico, poca fluidez y menos verticalidad. Escasa velocidad y muchas imprecisiones. Incluso en ambos encuentros se quedó con un hombre menos sin realizar grandes entradas. Falta de temple y saber estar.

Cabría esperar que Sergi Barjuan hubiese tomado nota. Es su cometido. El Decano así pareció demostrarlo en los primeros compases del choque. Tuvo la pelota y buscó las bandas. Con Matamala de nuevo en el once mantuvo el orden en el centro, aunque sus ataques se centraron fundamentalmente en sus extremos. Una variante para superar el bache. Pronto se encontró con una clara ocasión. Dos minutos. Un magnífico toque al interior del área de Brozek dejó solo a Jesús Rubio. El extremeño fue derribado por un defensor visitante, enviando así la pelota lejos del marco de Santamaría. Fue todo.

A raíz de esta acción la Ponferradina se fue haciendo con el control de la situación. El Decano mantuvo la creencia en el dominio, si bien cada vez fue más estéril y menos constante en su ataque. El partido se instaló en la irrealidad de la fútil posesión a la que acostumbra en las últimas jornadas el conjunto onubense.

Su rival no había avisado. Había ido afilando sus garras con el paso de los minutos. Cada vez más incisivo, con más mordiente y descaro en sus acciones, pero sin desvelarse todavía. Necesitó 27 minutos. En ese tiempo había anestesiado al Recre con la falsa tranquilidad de su juego. Balón a la espalda de Fernando Vega, centro atrás para la llegada de la segunda línea y gol de Iván Moreno. Sin artificios. De manual.  Ventaja mínima para cualquier oponente, aunque suficiente cuando delante está el cuadro albiazul.

Porque otra de las carencias que demuestra cada semana es su poca capacidad de reacción. Contra el Sabadell se rehizo, es cierto, y se metió en el partido para irse totalmente de él cuando su oponente pisó el acelerador de nuevo. En Guadalajara sólo en los instantes finales fue capaz de sembrar la duda en los alcarreños. Lo hizo cuando se liberó del encorsetamiento al que en ocasiones lo somete su propia doctrina. Apenas inquietó más a Santamaría antes del descanso. Chuli tuvo una oportunidad que malogró y se acabó.

Lo mucho o lo poco que pudiera tener preparado Sergi en el vestuario se esfumó muy pronto. Brozek se fue a la calle por una entrada fuera de lugar. El polaco sufre y representa como pocos la espiral en la que se ha instalado este equipo. Desconectado del resto, aislado en la punta del ataque y en muchas ocasiones incomprendido, acabó soltando la pierna fruto de la frustración, lo cual no justifica una acción incomprensible.

Tuvo 35 minutos por delante el Decano para buscar la gesta del empate. Una historia conocida. Vivida apenas siete días antes. De nuevo la misma respuesta. El Recre se fue arriba. Se olvidó de las ataduras y fue directo, franco y sin contemplaciones a por su oponente. Lo tuvo a tiro. Pudo lograr la igualada, pero le faltó pegada y eficacia ofensiva.

La Ponferradina supo entonces ejercer su papel. La iniciativa fue albiazul.  Los de Claudio Barragán asumieron los riesgos precisos. Un contragolpe para cerrar el partido era todo. No precisaba nada más. Pero apareció un Recre voluntarioso y contestón. Con poco fútbol, la mejor y prácticamente única ocasión fue un disparo de Jesús Rubio a falta de seis minutos desde lejos. La respuesta berciana fue consecuencia de todo ello. Sin tiempo y con diez futbolistas en campo contrario, una contra desequilibrada sirvió para el tanto de Yuri con el tiempo cumplido. El epílogo amargo para un desarrollo conocido, unos problemas comunes y una historia lamentablemente familiar en los últimos tiempos.  

Antes del descanso un disparo de Chuli que atrapó bien Santamaría fue la acción más destacada de los albiazules, que gozaron de la ocasión más clara tras la reanudación. Alexander centró por banda izquierda y adelantándose a toda la defensa Brozek remató solo de cabeza pero desviado.

Tras el error, el delantero polaco fue expulsado por roja directa al entrar a Iván Moreno en la disputa de un balón, por lo que el encuentro se puso aún más cuesta arriba para el Decano. Pese a tener un jugador menos, el Recreativo se hizo con la posesión del balón y llegó más al marco rival que la Ponferradina, pero no terminó de encontrar remates claros. Berrocal entró en punta para enmendar la situación, pero las ocasiones continuaron sin llegar pese a la voluntad puesta. El empuje local no se vio acompañado por claridad de ideas y los intentos de encontrar el gol fueron en su mayoría individuales, como un remate por alto y lejana de Jesús Rubio que desvió Santamaría.

El conjunto visitante apostó por no arriesgar y buscó salir a la contra con Yuri como única referencia, que a dos minutos para la conclusión chutó a las manos de Cabrero. Ya en la prolongación, Nano condujo una contra muy clara y en el dos contra uno cedió el balón al brasileño Yuri, quien marcó a placer el 0-2.

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