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Víctor no piensa "arrojar la toalla"

  • El técnico, dolido por la derrota frente al Sevilla, lamenta la sucesión de infortunios que marcaron un partido en el que su equipo fue víctima "de lo injusto que es el fútbol"

Víctor Muñoz está tocado. Su equipo acumula ya siete jornadas sin conocer la victoria. Es demasiado tiempo. El Decano ha ido tirando por el camino la renta ganada con mucho esfuerzo en el tramo final del año pasado. Es penúltimo por méritos propios y su entrenador está cada día más cuestionado por la grada, aunque dice sentirse fuerte en el cargo. Tras la derrota con el Sevilla, segunda consecutiva en casa, no se plantea "dimitir" ni "en que se vaya a producir un cese". Su única idea es "jugar el próximo partido. Quiere que llegue ya. Ojalá pudiéramos ir ya mañana a medirnos al Espanyol".

Se siente por lo tanto "con fuerza y ganas para sacar esto adelante. Es mi intención. No se me pasa otra cosa por la cabeza ni tengo pensado arrojar la toalla". La derrota frente al Sevilla responde por lo tanto "una serie de infortunios. Hay ocasiones en las que el fútbol es injusto y creo que tengo razones para quejarme porque el fútbol hoy ha sido muy injusto con nosotros".

El técnico manifestó que su conjunto "salió con mucha intensidad y fruto de ello fue la expulsión de Mosquera, pero después nos marcaron porque el arbitro no señalo una clara falta a Aitor y tuvimos un error grave en defensa".

Añadió que "en el segundo tiempo, intentamos jugar con inteligencia y por eso salió Carlos Martins, pero se han dado unas circunstancias anormales en el partido, como la expulsión de Ersen Martins y la lesión de Javi Guerrero. Se nos puso todo en contra. Ersen fue involuntario y lo de Javi Guerrero es preocupante porque podría tener algo de mayor gravedad que Sinama, por ejemplo. Cuando nos quedamos con nueve, ya era casi imposible".

Muñoz apuntó que "me da mucha esperanza este equipo porque he visto la actitud que han tenido los jugadores con el partido; ha sido toda una lección y me hace ser optimista". Por ello se mostró "satisfecho y orgulloso por el trabajo que han realizado mis jugadores durante todo el partido".

Lo más doloroso de la derrota es que "pensamos que podíamos ganarle al Sevilla. Hicimos una primera parte muy buena, en la que los maniatamos. Fruto de la intensidad que le dábamos al juego llegó la expulsión de Mosquera, pero luego comenzó a pasar de todo". De los goles, señaló cómo "el primero fue una falta muy clara de Daniel Alves a Aitor y luego se comete un error que nos cuesta el gol. Todo cambia a partir de ese momento. Nos vuelve a faltar lo de siempre, el remate. El nos impide encontrar la luz para salir de la situación actual".

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