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Tocado y casi hundido

  • Superioridad El Recreativo se vio superado por el Sevilla que jugó más de una hora con un jugador menos Un cambio Barber por Carlos Martins, única modificación en el once respecto al Getafe

Tocado. Muy tocado. Y casi hundido. Vicecolista. El Recre camina a pasos agigantados hacia Ipurúa. El Sevilla, con un hombre menos desde el minuto 40, le hizo dos goles al Recre, que se vio completamente impotente ante un equipo que, en líneas generales, dejó pruebas evidentes de porqué sólo había ganado un partido fuera de casa hasta ayer.

Un esperpento de partido. El Recre acabó desquiciado, con nueve futbolistas sobre el campo y con la sensación en los aficionados que aún estaban en la grada y en los que estaban ya en el atasco de que la nave se hunde.

El ejemplo más claro de desquiciamiento fue Ersen Martin. El fichaje franquicia de esta temporada debutó con el equipo onubense en el minuto 72... hizo cosas prometedoras, pero ocho después se iba a la calle con una roja merecida a sus espaldas.

En el primer tiempo quedó patente que es verdad eso de que a perro flaco... Porque cuando mejor se le pusieron las cosas al Recreativo con la expulsión de Mosquera llegó el error en cadena del árbitro -no decretó falta a Aitor en el origen de la jugada- y la defensa -Martín Cáceres se durmió- que propició el 0-1. Y al descanso. ¡Porca miseria!

Debió acabar ese periodo son goles. Ninguno de los dos equipos hizo más que su oponente para merecer el tanto. Cierto que Luis Fabiano lo rozó en dos ocasiones mediado el primer tiempo, pero las dos veces fueron dos acciones fruto de la mala suerte local -un rebote y un resbalón-.

Por juego nadie fue mejor que nadie. Porque los dos equipos salieron al campo con muchas precauciones. Del Recre se esperaba, no en vano el hecho de estar en zona de descenso le crea ansiedad y le lleva a fallar; del Sevilla se intuía si se ven sus números fuera de casa -una sola victoria y en el campo del colista-.

Fuerzas equilibradas, por lo tanto, en el primer tiempo. Con la salvedad de los diez minutos que van del 20 al 30. Ahí el Sevilla dio la impresión de haberle metido una marcha más al partido. Diego Capel (20'), en una jugada en la que se benefició de un rebote, se metió hasta la cocina pero Sorrentino detuvo el lanzamiento; Luis Fabiano (22') metió el corazón en un puño a la afición local en un remate a la media vuelta, precedido de un resbalón inoportuno de Martín Cáceres; y de nuevo el brasileño (28') disparó con intención parando Sorrentino, ayer el mejor de los locales.

Acabó el chaparrón. El Recre capeó el temporal y volvió a equilibrar la balanza, incluso a inclinarla a su favor en dos acciones de raza que acabaron con la segunda amarilla a Mosquera (39').

El Sevilla acusó el golpe. Y el Recre se lo creyó. Adelantó un poco sus líneas y disfrutó de su primera y única ocasión de gol en el primer tiempo: Sinama Pongolle, a un minuto del final, se fue de Dragutinovic, pero su disparo se fue al lateral de la red.

Lo que quedaba de ahí al descanso fue lo peor para el Decano. Porque se unieron el hambre -mal Pérez Lasa- con las ganas de comer -mal Martín Cáceres-. Aitor es derribado cuando iniciaba una jugada por su banda, el árbitro deja seguir la acción que acaba con un balón largo al que parece llegar con ventaja el uruguayo, que se duerme, Luis Fabiano le roba la cartera y 'pica' el esférico por encima de Sorrentino. Lo dicho ¡porca miseria! y al descanso 0-1.

Lo de la segunda parte fue para olvidar. Llegó el desquiciamiento. El Recre continuaba con un jugador más sobre el campo, mientras el Sevilla se contentaba con estar muy bien pertrechado atrás, sabedor de que el Recre podía llevarse diez semanas sin marcar.

Le bastó con tener arriba a Luis Fabiano para inquietar a los ansiosos jugadores locales, para evitar que el Recre saliera con comodidad y para tratar de ampliar su renta en cualquier resquicio.

Empezó el carrusel de cambios. Beto ya estaba en el campo desde el descanso -Martín Cáceres se colocó de lateral derecho-, y porteriormente salieron Carlos Martins y el deseado Ersen Martin. Ni por esas. Cierto es que el turco, el esperado jugador turco, hizo tres o cuatro cosas para la esperanza y hasta estuvo a punto de marcar en un remate cercano. Pero el desquiciamiento del Recre alcanzó de lleno al delantero turco que a los ocho minutos de estar en el campo hizo una entrada durísima que le acarreó la expulsión.

Que el Sevilla marcara el segundo gol, que Javi Guerrero se lesionara y tuviera que dejar con diez a su equipo, y que éste acortara la desventaja fue simplemente una anécdota. El Recreativo hacía tiempo que estaba tocado, casi hundido y un poquito más cerca de Ipurúa.

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