Está denunciado por ser el presunto agresor del joven árbitro, pero Paco Montes, presidente del Calahorra, prefiere echar balones fuera. Tanto que su versión es diametralmente opuesta a lo que recoge el acta y a la defensa de Guillermo Ávila. "Es increíble lo que se está montando porque sólo se le puso la mano en el hombro y se le dijo "machote, estás pitando muy mal"; creo que está influido por alguien, hay algo de fondo, fijo", apuntó el dirigente antes de conocer que las miradas ahora se centran en su persona. De momento, lo único claro es que el acta es errónea porque el técnico que fue señalado en un principio no estuvo en el partido, dado que en la ficha presentada estaba cambiada la foto del responsable técnico, ayer identificado por el árbitro tras una revisión más exhaustiva en la Federación Cordobesa de Fútbol. De ahí que ahora se espera una rectificación en el anexo para que el Comité de Competición pueda actuar.

"Es increíble, esto sólo pasa en los pobres del fútbol modesto", espetó Montes antes de explicar su versión de los hechos: "Empieza el partido, todo muy bien hasta que hay varias faltas seguidas muy raras y luego le pegan una patada a un niño de los míos. Entra alguien y le pone, te lo juro, sólo la mano en el hombro y lo expulsan... No hubo nada más. De hecho, el partido continúa y en la segunda parte no hubo nada y podemos consultar al Salvador Allende", argumentó el presidente del Calahorra, que incidió en que "tras muchas faltas el delegado se mosquea y salta al campo y lo expulsa. Al final, llega a la caseta, nos da la ficha, el acta, se le paga recibo y no pasó nada hasta que por la noche empezó el movimiento".

Montes insiste en que el comunicado emitido por el Comité de Árbitros que denuncia el incidente "es una mentira", pues a su juicio "lo normal es que la policía vaya si lo agredes y partido quede suspendido. Si te pega un puñetazo en la mandíbula, lo normal es que no puedas pitar". El dirigente fue más allá y relató que "cuando vemos esta noticia te quedas pasmado. Denuncia a un entrenador que no estuvo en el partido y, además, no ocurrió nada más que se le puso mano en lo alto del hombro... El partido acabó en su hora y no pasó nada más".

"Es increíble lo que se está montando con esto. Están aprovechando el bombo con esto de la violencia, pero esto está en mano de abogados porque denuncias a una persona que no estuvo en el campo", reseñó un Paco Montes al que se le han "quitado las ganas de ir a trabajar y estoy sin dormir. Es increíble porque han pasado cosas más graves y no se denuncia. Quiero ver el parte de lesiones porque tiene fuertes dolores de mandíbula y no se le tocó la cara, sólo se le apoyó la mano en el hombro". "Estoy asqueado, se te quitan las ganas de todo", continuó Montes, que considera que se le está haciendo un daño irreparable al Calahorra, "un club modesto que está sufriendo las de Caín para que ahora llegue un niño y te haga un destrozo de estos". Es por esto que está decidido a "buscarle las cosquillas a este muchacho aunque sea el final del club".

Por último, el presidente del Calahorra siente "mucha impotencia por lo sucedido" porque considera que hay alguien que quiere hacerle daño a su club: "Que me mientan, no lo soporto. Creo que está influido por alguien, porque siendo un niño de esta edad, hay algo de fondo fijo. Quieren sacar publicidad y aprovecharse de la situación esta de la violencia de ahora". De momento, el caso empezará a verse entre hoy y mañana en el Comité de Competición, el primer paso de un largo camino que puede terminar en los juzgados.