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Síndrome conocido

  • 'Kun' Agüero volvió a su estadio más hostil, donde purgó sus pecados con un mal partido sin acierto rematador

Si 'Kun' Agüero jugase todos los domingos en el Nuevo Colombino, acabaría reconvertido en defensa. El onubense es el estadio más hostil que pueda encontrar en la Liga. Tal vez no sea en el que más le piten, pero en éste las cuentas pendientes no tienen nada que ver con el color de su camiseta ni con el escudo. Es una cuestión personal. Es una deuda grabada en el imaginario colectivo del recreativismo.

Lo del 'Kun' con el Recreativo va camino de convertirse en una psicosis que le persigue a él y que transforma cada partido en el que se cruzan. Desde que metiese aquel gol con la mano a Laquait, el puño de Agüero quedó grabado en la mente de todos los aficionados del Decano. Ninguno lo olvida, él tampoco. Su primera visita estuvo impregnada por el recuerdo cercano y presente de lo acaecido. Estuvo perdido, desaparecido por el campo.

Un año después, con la experiencia acumulada y la madurez adquirida, parecía que iba a ser una historia bien distinta. Pero nada de eso. El Nuevo Colombino va tomando el cariz de un síndrome que persigue al argentino. No le sale una a derechas.

En Huelva el recibimiento volvió a ser hostil. Su presencia sobre el césped provocó que la grada estuviese un punto más con los suyos. Él lo pagó. Ni siquiera ésta vez pudo beneficiarse del buen momento del Atlético de Madrid para romper el maleficio que le persigue en cada visita a Huelva.

Ni siquiera es una cuestión futbolística pues hizo un buen partido y disfrutó de varias ocasiones de gol bastante claras. Sin embargo, no dio una a derechas. Lo hizo casi todo bien, pero ante Sorrentino aparecieron sus fantasmas y se encontró una vez más con el italiano.

El síndrome Nuevo Colombino le hizo purgar de nuevos sus pecados en Huelva. Aquella mano no se ha olvidado, ni se olvidará en mucho tiempo. Si todo sale como se espera y Atlético y Recreativo de Huelva vuelven a cruzarse la próxima temporada en Primera División, Agüero pasará un nuevo examen del mal que le persigue cada vez que visita este escenario. El síndrome Nuevo Colombino le estará esperando.

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