El Rosal venció con justicia al Hinojos por 3-1, consolida su 2ª posición en la tabla y sigue haciendo de su campo un fortín, pues ha ganado los seis partidos que ha disputado.

El partido comenzó muy movido por ambas partes, con mucho ritmo y ambos equipos buscando la portería contraria, creando más peligro los locales, así Jorge en el m. 8 culminaba una jugada y tiraba alto; en el 10 Carlos hacía lo mismo tras un rechace a la salida de corner, pero su remate se iba alto; en el 14 Pipa, que debutaba en el Rosal procedente del Cruceño, agarraba una volea que superaba a Víctor (1-0). Un gran gol.

El Hinojos no le perdía la cara al partido, pero los escarceos por medio de Dani y Fernando no inquietaban en demasía a Toi, muy seguro en el poco trabajo que tuvo ayer.

En el 20 Rubén prueba el disparo, pero muy escorado, su tiro se va ligeramente alto; en el 28 Pipa cruza un balón fuera cuando estaba en buena posición; y en el 32, la mejor ocasión visitante, cuando Pollo se va de la defensa, se presenta ante Toi, que tiene que estirarse para desviar a corner con la punta de los dedos cuando se cantaba el empate. En el 40 se le anuló un gol a Camilo por claro fuera de juego, llegándose al final de los primeros 45 minutos con mucho ritmo, pero poco fútbol.

La segunda mitad empezó con dominio local, y en el 47, balón largo sobre Camilo, se va de la defensa y cruza al palo contrario ante la salida del meta (2-0), dando tranquilidad al Rosal. En el 55 una volea de Raúl se va fuera lamiendo el poste izquierdo; en el 65, en pleno acoso local, Camilo se va de su defensa, entra en el área, le hacen penalti y el árbitro concede la ley de la ventaja, pero al repeler el portero el tiro decreta el penalti, que lo aprovecha Raúl para hacer el 3-0.

A partir de ahí ambos entrenadores realizaron varios cambios, con lo que el partido perdió intensidad y calidad, y sólo 'despertó' en los últimos compases con el gol hinojero, de penalti obra de Rachid.

Justa victoria local, donde destacaron la lucha de David y Raúl todo el choque, y detalles de Carlos; y por los visitantes Cipri I y Cipri II.