Fútbol l Primera División

Robinho tira de repertorio

  • El brasileño marcó las diferencias con su calidad ante un Zaragoza que se estrelló contra Casillas

La irrupción en la segunda mitad del brasileño Robinho revivió al Real Madrid y sirvió para que su equipo lograra una nueva victoria en el Santiago Bernabeu, estadio en el que sólo conoce el triunfo en Liga y donde fortaleció su liderato con un triunfo (2-0) ante el Zaragoza, gracias también a la sensacional actuación de Iker Casillas.

Tanto el Madrid como el Zaragoza habían sufrido para salvar sus eliminatorias coperas -ambos sobre la campana- ante el Alicante y el Pontevedra, respectivamente, pero, sobre el papel, era el equipo de Víctor Fernández el que saltaba al Bernabeu con mayores urgencias.

Con un equipo con bajas significativas, Víctor pudo, al menos, contar con el repescado Diego Milito, expulsado en el último partido de Copa, que formó de nuevo pareja atacante con Oliveira. Pero no bastó en esta ocasión, ya que aunque el Zaragoza dispuso de numerosas oportunidades, la efectividad la puso, una vez más, el equipo de Bernd Schuster.

En los primeros veinte minutos, en los que el Madrid dominó con timidez, lo más significativo fue la recaída del argentino Heinze, que había sido duda hasta última hora y que duró en el terreno justo ese espacio de tiempo. Fue sustituido por Miguel Torres, que ocupó la banda derecha, pasando de ésta al centro de la zaga Sergio Ramos. A partir de ahí, se estiró el Zaragoza. Los primeros avisos de Van Nistelrooy y Baptista fueron contestados por Oliveira, en doble acción. En la segunda, en el 22, se le anuló un gol por fuera de juego tras sensacional jugada de Milito, que poco después no abrió el marcador porque se topó con el sempiterno Iker Casillas, que de nuevo, al filo de la media hora, sacó otro disparo de Sergio García. Seguía causando mejor impresión el Zaragoza tras el descanso, así que puestos a buscar, y como además el partido coincidía con el Día de Reyes, Schuster optó por la magia y sacó a Guti, que entró por Sneijder.

No tuvo su mejor día, pero la presencia del genial Guti acabó por irradiar confianza a los merengues. Y el que respondió de inmediato al espíritu hechicero del madrileño fue Robinho. El brasileño firmó una sensacional jugada por la derecha que Van Nistelrooy convirtió en el primer gol de testarazo. Dos minutos después de levantar al público de sus asientos, con un disparo que rozo el travesaño, colocó, de fuerte disparo, el 2-0 en el marcador, recién pasada la media hora. Y hubiese salido a hombros si culmina un caño a Sergio Fernández dentro del área maña. El líder volvió a demostrar su gran efectividad ante un rival que le hizo frente.

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