Liga adelante

Reacción albiazul a medias (0-0)

  • El Decano recupera la garra y el carácter, pero no encuentra el fútbol suficiente para ganar El Mallorca, con uno menos desde el minuto 44

Si un equipo es la extensión sobre el césped de su entrenador, el Recre dejó ayer la languidez y las buenas intenciones de semanas anteriores para recuperar el carácter y la agresividad tan necesarias en estos momentos. Cuando el fútbol no te alcanza para lograr los objetivos hay que recurrir a esos otros atributos que acorta las distancias sobre el campo. Esos que hacen mejores a los menos buenos y mortales a los que habitan un escalón por encima. 

 

Buscar grandes diferencias futbolísticas con tres días de diferencia sería un poco temerario, tanto como tratar de cambiar demasiadas cosas con tan escaso margen. Pavón lo tuvo claro desde su aterrizaje. Su única innovación real fue darle la titularidad a Álvaro Antón. Con el resto trató de no experimentar más allá de lo preciso. Puso a cada uno en su sitio y, eso sí, los exprimió como corresponde. Ver a futbolistas como Braulio vaciarse en el campo ya fue sintomático del nuevo estímulo. No ganó. No hubo goles. Faltó crear más fútbol. Pero ayer nadie pudo discutirle al Decano que no se dejó el alma en cada acción

El carácter da para competir, luchar y guerrear pero luego con el balón en los pies hace falta algo más. Sigue siendo la asignatura pendiente albiazul. Es lo que le faltó al Recre frente al Mallorca. A su despliegue físico no le acompañó una mayor profundidad en el juego. El Mallorca se defendió con orden, sin conceder grandes ocasiones y buscó salir con peligro al contragolpe. Con eso le valió para arañar un punto. 

Con Marco Asensio como cerebro y Xisco y Arana como referencias lanzó un par de avisos que Rubén y los defensores recreativistas abortaron bien en la primera mitad. Todo el peligro surgió de las botas del talentoso balear, quien se fue antes de tiempo. Una segunda amarilla motivada por la pelea en el centro del campo dejó a los visitantes con diez a un minuto del descanso. Se acabó la creatividad balear. 

La inferioridad numérica no se sintió demasiado. El Mallorca se recompuso bien y fue el Recre quien tuvo más dudas para abrir a su oponente. Obligado por las circunstancias a asumir más responsabilidades, tardó en hacerse con el mando del duelo. Hasta la hora de partido no logró imponerse a su rival. Fue el momento que aprovechó Pavón para meter más fútbol en el campo. Retiró a Antonio Domínguez, desplazó a Antón a la banda y situó a Manu Molina en el centro. Soler respondió con Joselu y Markovic. 

Fueron minutos de zafarrancho. El ímpetu no permitió ir más allá del constante aviso. Braulio, Caye Quintana, Manu Molina... Mucho movimiento de balón, mucha intención y pocas balones realmente peligrosos al interior del área de Cabrero. Lo intentaron hasta el pitido final y más allá lo habrían buscado si el colegiado hubiese permitido sacar el último córner. 

 

 

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