La plantilla del Recreativo realizó ayer sus dos primeros entrenamientos tras la vuelta del periodo vacacional de Navidades. Son los primeros de este fin de semana, en el que el cuerpo técnico ha programado tres más, a desarrollar entre hoy y mañana. Se trata del "bloque de trabajo" del que hablaba Víctor Muñoz ayer, y que consideró "vital" para afrontar con garantías el duro mes de enero que comienza la próxima semana para el Decano.

"Vamos a prepararnos en estos días de Navidad -explicó el técnico- porque después no se va a poder entrenar. Sólo vamos a tener competición y pocos entrenamientos, de ahí que sea vital este bloque de trabajo para enfocar el mes de enero y después continuar".

La particular cuesta del conjunto albiazul se inicia el próximo miércoles con el partido de vuelta de dieciséisavos de final de la Copa del Rey con el Xerez en el Nuevo Colombino.

También en el coliseo recreativista se medirá el Día de Reyes, el domingo, con el Almería, uno de los rivales directos en la lucha por la permanencia en Primera. Será el estreno liguero de 2008, al que seguirá otra jornada también clave para el Decano, en el José Zorrilla frente a otro rival directo, el Valladolid.

Aún así, y antes de ese choque, si el Recreativo accede a los octavos de final de la Copa, el miércoles anterior deberá jugar de nuevo, así como el posterior, justo en la semana en la que comenzará la segunda vuelta de la Liga frente a otro compañero de viaje.

El Betis, pues, será el rival que aguarde el 20 de enero a los albiazules, antes, a su vez, del compromiso siguiente en la Liga, con el Getafe, que también se encontrará rodeado por los dos partidos de cuartos de final de Copa del Rey.

En caso de que el Recreativo siga adelante en el torneo, la plantilla tendrá que afrontar nada menos que nueve partidos en apenas 28 días. Una exigencia bestial.

No es de extrañar el interés que tienen para el cuerpo técnico las seis sesiones programadas antes del partido con el Xerez (el lunes será para descanso), al que Víctor Muñoz confía en llegar con la plantilla a tope para no desfallecer en la maratón que le espera.