Buen partido el presenciado ayer en el albero del Valero Rojas saldado con un reparto de puntos. Se pudo ver a dos equipos bien diferenciados: un Cerreño que puso el fútbol y la mejor disposición táctica, y que perdonó la victoria, y un Campillo peleón, voluntarioso y que en ningún momento tiró la toalla. Este tesón hizo que casi pudiera llevarse un encuentro que tuvo cuesta arriba durante casi todo el envite.

Desde el pitido inicial el Cerreño salió con un planteamiento táctico totalmente ofensivo, buscando la victoria. Prueba de ello es que ya a los cuatro minutos avisó a Sergio a través de un tiro de Flores que repelió el larguero. El dominio foráneo se acentuó y ello se refrendó en el minuto 12 cuando Josemi recibió un balón en la banda derecha y tras hacer una serie de regates en diagonal soltó un derechazo que se clavó en las redes del portal campillero. No cogió de sorpresa a los locales porque el tanto se veía venir.

Pero nada más sacar de centro el balón vuelve a la zaga campillera y de un largo desplazamiento de Canario en profundidad permite a Javier pelear el esférico con Joselito y tras ganarlo recorta a Mochi y suelta un disparo pegado a la cepa del palo que hace inútil la estirada de Miguel Ángel llevando la igualada al marcador. El gol fue muy aplaudido por su belleza plástica.

A partir de este momento el encuentro entró en una fase en la que el Cerreño ponía el juego y dominaba y los campilleros intentaban contrarrestarlo con voluntad y lucha a partir de su orden defensivo. Los visitantes gozaron de varias ocasiones antes del descanso, pero no materializaron ninguna.

La segunda mitad comenzó con la misma tónica, es decir fuerte dominio foráneo y orden defensivo local. El técnico del equipo andevaleño, Domingo Borrero, hizo algunos cambios buscando mayor profundidad saltando al campo Chanete por Pachi. Este jugador pudo ser determinante ya que, al poco de entrar, gozó de dos claras ocasiones en los minutos 60 y 62, pero no acertó en ninguna cuando lo tenía todo a su favor.

El Campillo poco a poco fue saliendo de su madriguera y comenzó a plantarle cara a su rival. Entonces se pudieron ver los mejores momentos del partido, ya que cualquiera de los dos contendientes podía haber desnivelado la balanza. En el minuto 78 un centro de Rúa no fue rematado por Flores por poco, y poco después llegó una peligrosa contra campillera en la que un zapatazo de Javier fue repelido por el larguero, cuando Miguel Ángel había hecho la estatua.

Y cuando todos daban por bueno el empate Rubén tuvo en sus botas lo que pudo haber sido la victoria local, pero una arriesgada salida de Miguel Ángel desbarató la oportunidad.