El Club Balonmano Pedro Alonso Niño de Moguer retoma la competición en el grupo F de la Primera Nacional tras dos semanas de parón por la Semana Santa rindiendo visita al Tenerife, hoy (18:30, horario peninsular).

Este encuentro está marcado por lo debilitado que llega al choque el equipo a causa de las lesiones, tal y como destaca el técnico Julio Bermúdez: "Empezamos el último tramo de la temporada y nos quedan seis partidos ante rivales de nuestra liga, que afrontamos de manera muy difícil por las lesiones, que nos están pesando mucho y no deja de repetirse una lesión tras otra".

"Para este partido tenemos bajas muy importantes", indica el entrenador moguereño, que además de la sabida de Gonzalo Álvarez para lo que resta de temporada, no puede contar con el portero Emilio Guerrero, que sigue sin estar disponible por una lesión en la rodilla. A él se han sumado las de Alejandro Capelo, "nuestro único lateral izquierdo especialista", apunta, y esta misma semana también se han lesionado Alejandro Zamora y Pablo Cumbreras.

Con este lastre el equipo moguereño visitará a un Tenerife que bajo el criterio de Bermúdez, "ya demostró en Moguer que es un rival difícil, con jugadores experimentados y de mucho peso". De hecho se llevó la victoria del pabellón Zenobia por 19-23.

A seis jornadas para el final de la competición, el equipo amarillo se encuentra en zona tranquila y sin apuros en la clasificación, noveno con 20 puntos, 10 más que el tercero por la cola, Almería, y a 11 de la fase de ascenso, que marca el BM Caserío Ciudad Real.

En sus últimos encuentros el equipo que dirige Julio Bermúdez ganó 22-20 al Ciudad Imperial y cayó posteriormente 24-20 con el Cajasur Córdoba y 26-28 con Caserío de Ciudad Real.

Su adversario es quinto con 23 puntos y de los mejores como local. En diez encuentros en su pabellón, el complejo deportivo Islas Canarias, ha ganado siete y perdido tres ante Cajasur (18-20), Lanzarote (24-26) e Ingenio (27-28).