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Messi, seguro de vida del Barça

  • Otro triplete del argentino ayuda a desatascar un partido que se puso cuesta arriba después de que Sergio García adelantara al Espanyol Pedro y Piqué se suman a la fiesta goleadora

Leo Messi sigue coleccionando tripletes, como el que ayer firmó ante el Espanyol (5-1), en una tarde en la que ejerció, como es habitual, de seguro de vida del Barcelona para levantar a los suyos en un partido que se les había puesto cuesta arriba con un tanto de Sergio García en la primera mitad.

Otra vez Messi. El Barcelona ya ha perdido la cuenta de las veces que en un encuentro trabado aparece su ángel de la guarda para desatascarlo. Y es que los azulgrana se encontraron una muy buena versión del Espanyol, que primero subió la línea defensiva para presionar la salida de balón de los locales y, con la ventaja en el marcador, dio un paso atrás, cerró los espacios por el centro y ofreció las bandas. Pero ni Jordi Alba ni Daniel Alves las aprovecharon.

El Espanyol montó contraataques con facilidad y generó peligro en los primeros minutos, buscando a Caicedo o al siempre inspirado Sergio García para comprometer a Mascherano o Piqué, algo dubitativos en algunas acciones. La primera ocasión clara la hilvanó el conjunto visitante en el minuto 8, cuando Sergio, desde la banda, envió un balón envenenado que Caicedo podría haber rematado a gol, pero Alba se cruzó lo justo para desbaratar la acción.

El tanto blanquiazul llegó en el 13, en una acción en la que Caicedo puso ímpetu para robarle el balón a Busquets en el centro del campo. Sergio García lo recogió, lo condujo con criterio y, ante la pasividad de Piqué, envió la pelota al fondo de la red.

A partir de entonces, Sergio González envió a los suyos atrás para fortalecer el espacio de mayor creación del Barça y amontonar jugadores para impedir que Messi, Xavi, Rakitic o Luis Suárez dispusiesen de metros para recibir y pensar. Así, el Barcelona entró en un callejón sin salida, donde su fútbol carecía de peligro e intención, mientras que el Espanyol intentaba otro contragolpe, en el que un nuevo error de Busquets puso en franquía en las botas de Sergio García el segundo gol, que no llegó tras un flojo disparo del ariete ex barcelonista. También pudo llegar el 0-2 si Víctor Sánchez hubiese llegado con más oxígeno y fuerza en un contraataque.

Messi, a quien volvió a fiar el Barça su suerte, envió un balón al travesaño tras una falta directa a la media hora. Su primer gol se veía venir, pero no fue hasta el tramo final de la primera parte, tras dos remates seguidos de Alba, cuando el argentino desarrolló una acción marca de la casa que acabó en gol al armar la zurda tras ir buscando el hueco por donde meter el balón desde fuera del área.

El segundo tiempo se puso en marcha de forma eléctrica y los barcelonistas, sabedores del golpe moral que había supuesto el tanto de Messi, salieron a comerse a su rival.

En pocos minutos lo lograron. En el 48, el Barça reclamó un penalti, en esta ocasión en una carga de Eric a Neymar que envió al segundo al suelo. Al minuto siguiente, un pase de Suárez a la frontal lo recogió Messi, quien después de hacerle un caño a un rival,envió el esférico colocado al palo y Casilla no pudo atajarlo.

Noqueado, el Espanyol se vio superado y desbordado por un Barça que quería más, y en el 54, tras un lanzamiento de córner, Piqué remató de cabeza a gol.

La tunda que estaba recibiendo el Espanyol en pocos minutos dejó al equipo de Sergio González sumido en una depresión, después de haber hecho un buen trabajo en el primer tiempo y haberse adelantado en el luminoso.

El Barcelona aprovechó el momento de decaída del rival para liquidar el partido con dos goles más, el de Pedro tras una acción en solitario, y el de Messi, su tercero de la noche, al finalizar una conducción en solitario con ayuda de una pared final con Alves.

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