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Limón arranca con derrota

Sergio lanza a puerta ante Nacho en el Cartaya-Olímpica.

Sergio lanza a puerta ante Nacho en el Cartaya-Olímpica. / andrés gaitán

El Cartaya estrenaba entrenador y el efecto Limón le duró exactamente 45 minutos, más bien 43, justo hasta que marcó el Antoniano, equipo sin más recurso que el pelotazo a ninguna parte, puntapié y tente tieso, el que la coja para él. El técnico, que ha tenido tres días para preparar el partido y para intentar cambiar conceptos, alteró algunos pero los fundamentales están por determinar. Casi los mismos defectos de siempre. Uno de los principales la carencia de gol, la falta de fútbol y la mentalidad para levantarse después de recibir un contratiempo. Tiene mucho trabajo por delante el entrenador onubense.

Limón, consciente de que el Cartaya no podía encajar porque si lo hacía estaría muerto, planteó un partido con trivotazo en el centro del campo. Y el Cartaya se aplicó al dibujo, hasta el punto que manejó el partido, se apoderó de la medular e incluso daba la sensación de provocar más peligro que el Antoniano. Así hasta los instantes finales de la primera mitad, justo cuando un acercamiento sevillano acabó en gol después del primer y único desajuste defensivo rojinegro. Alonso se encontró con un balón que no esperaba, que le vino de rebote y fusiló a Bocanegra. Minuto 43. Al descanso el Cartaya se llevó la misma sensación de siempre. Navegar para nada, siempre muriendo en la orilla. El rival, con media ocasión, se adelantaba en el marcador y ahí comenzó a jugar el apartado psicológico. Hasta llegar a este punto, el Cartaya nunca ha remontado si ha empezado por detrás. No obstante, la charla de Limón en el vestuario iría encaminada a limpiar la mente de los jugadores. Nos la imaginamos así: "No pasa nada, hay que seguir, estamos de puta madre. Somos mejores y lo vamos a demostrar en el segundo tiempo".

Viendo Limón que el equipo no se parecía en nada al del primer tiempo, y observando que el Antoniano ni se despeinaba, comenzó a mover el banquillo hasta el punto de desnudar al equipo del todo, hasta quedarse con defensa de tres y en una de ellas la tuvo el Cartaya para empatar. Vaselina de Pereira al estar el portero adelantado y Elio, que pasaba por allí, sacó bajo palos a córner. Eso fue lo único que destacó del Cartaya en ataque. En lo negativo poner que hay jugadores que dan la impresión que no son conscientes del problema. Hay futbolistas que no aportan la adrenalina que se les exige en momentos puntuales de los encuentros. Se desconoce si es la tensión que les atenaza los músculos. El caso es que la imagen no es la más correcta.

Medio gol del Antoniano fue suficiente. Como casi siempre. Quedan siete finales y ahora hay un parón de dos semanas. Limón no ha empezado con buen pie. Pero al menos ahora tendrá tiempo para preparar otras cosas. Esencialmente la mentalidad y la actitud en momentos puntuales de los partidos. A lo mejor es cuestión de contratar un psicólogo.

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