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Isco ilumina un triunfo sin alardes

  • El malagueño dio el pase de gol a Morata y a Bale

  • El Madrid firma un partido correcto

Morata, autor del primer gol, lo celebra con Isco, quien le había dado el pase.

Morata, autor del primer gol, lo celebra con Isco, quien le había dado el pase. / Sergio Barrenechea / efe

Un brillante encuentro de Isco, que iluminó la victoria del Real Madrid frente al Espanyol con dos asistencias a Morata y a Bale, bastó al conjunto blanco para llevarse tres puntos con los que asentarse en el liderato.

Las apariciones de Isco a lo largo de los 90 minutos fueron clave para el Madrid, que durante muchas fases del choque se atascó ante un rival que no quiso jugar demasiado. El malagueño fue rumiando la victoria y con dos fogonazos condenó al Espanyol.

Bale marcó en su regreso a un Espanyol que apenas dio sensación de peligro

Zinedine Zidane puso siete caras nueves sobre el césped: Casilla, Pepe, Nacho, Kovacic, Isco, Lucas Vázquez y Morata. Apostar por rotar puede ser un golpe de efecto en caso de victoria pero también un duro revés en caso de derrota.

Hasta el gol de Morata en el minuto 33, el Madrid notó alguna de sus ausencias. Aunque en todo momento tuvo controlado el partido, la movilidad del renacido Benzema frente al Nápoles y la astucia de Modric en el centro del campo se echaron en falta ante un rival que decidió encerrarse en su campo para salir al contragolpe.

Mientras tanto, el Espanyol asustó con un fuera de juego ajustado de Gerard Moreno, que tuvo que frenar en seco cuando se quedaba solo delante de Casilla.

Sólo Pepe, con un remate de cabeza tras un córner sacado por Kroos, y Cristiano Ronaldo, ya rozando el minuto 30 con un disparo que se marchó fuera por poco, fueron capaces de inquietar la portería del Espanyol.

Entonces apareció Isco con un pase perfecto a la cabeza de Morata. El delantero blanco batió a Diego López con un testarazo de manual y, tras siete suplencias consecutivas, marcó su séptimo tanto en Liga. Ya suma 11 dianas en todas las competiciones.

Morata no disfruta de los mismos minutos que otros, pero es un jugador muy efectivo. Esa efectividad sirvió al Madrid para abrir un encuentro enredado que sólo se iba a abrir con un detalle que aportaron Isco y Morata.

Ese tanto tranquilizó al conjunto blanco, que empezó a jugar un poco más liberado. Así se llegó al descanso, con un 1-0 escaso y no definitivo, con apariciones esporádicas de Isco y Morata y con las buenas intenciones de Cristiano.

En la reanudación, Quique Sánchez Flores quitó a Reyes y sacó a Hernán Pérez. Buscó un poco más de pegada y con el jugador paraguayo, el Espanyol consiguió por momentos inquietar al público del Bernabéu.

Sin embargo, la tónica general siguió siendo la misma. El Madrid siguió a lo suyo, completando un partido simplemente correcto pero sin muchas ocasiones, salvo algún sobresalto con disparos lejanos de Kroos y Casemiro, que sustituyó a Kovacic.

El tiempo fue pasando y las noticias eran escasas. Éstas se reactivaron con la reaparición de Bale, que volvió a jugar 88 días después de lesionarse, y lo hizo con un gol.

Eso sí, lo consiguió impulsado por Isco, de nuevo decisivo con otra asistencia. El aplauso se lo llevó Bale con su sexto tanto del curso pero el mérito, como en el tanto de Morata, fue del malagueño.

Con la cabalgada y el tanto del galés se acabó el partido. El Madrid, sin demasiados alardes, firmó un duelo correcto en el que Isco fue el verdadero protagonista.

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