fútbol

De Huelva a Bahrein pasando por Chile

  • El preparador físico Javier Sánchez Flores pasa de la capital onubense a Las Palmas y luego dio el salto internacional

  • Asegura que "en el extranjero se valora a la gente de fuera"

Javier Sánchez, durante la reciente visita que realizó a la redacción de 'Huelva Información'.

Javier Sánchez, durante la reciente visita que realizó a la redacción de 'Huelva Información'. / fotos josué correa

El fútbol le ha dado a Javier Sánchez Flores (Huelva, 7 de abril de 1984) la oportunidad de conocer mundo, y a sus 32 años este preparador físico ya ha trabajado en Chile y Bahrein y próximamente podría desplazarse a otro país asiático en busca de un nuevo destino.

Empezó jugando a los 10 años al fútbol sala en el Colegio Salesianos, pasó al Santa Marta en fútbol 11, al Amigos 80 y al Olimpic en el último año de juvenil; continuó jugando hasta los 23 años a nivel amateur y luego se marchó a Las Palmas de Gran Canaria como preparador físico del Acodetti.

"Al ir cumpliendo años y viendo que no tenía salida en el fútbol profesional, me interesé por la preparación física, porque soy diplomado en Magisterio de Educación Física y quería hacer algo relacionado con el fútbol", asegura Javier Sánchez.

Estando en las Islas Afortunadas se le abre la puerta para salir fuera de España: "Estaba en el último año de Doctorado y conocí a un compañero chileno que me planteó la opción de irme a su país. No me lo pensé, porque la oportunidad era buena; en el extranjero se valora más a la gente de fuera y además me servía para mi crecimiento personal".

Con 30 años, este onubense se va al San Luis de Quillota, que militaba en la Primera B de Chile, el equivalente a la Segunda española. "Estuve un año y ocho meses y pasé por todos los escalafones del club, y la experiencia resultó muy positiva. Al principio cuesta adaptarse porque la metodología que tienen allí es diferente, pero cuando ven la evolución del trabajo te dejan trabajar con la mejor predisposición, se interesan por los métodos de Europa, por las tendencias y cómo se trabaja en España... Ayudó mucho que España hubiese ganado el Mundial de 2010, y lógicamente el idioma no fue un problema".

Una vez finalizado su periplo en Chile, en siete días pasó a estar en Bahrein en un archipiélago integrado por una treintena de islas, situado en el Golfo Pérsico. "Todo surge por una oferta que veo en internet; a través de un amigo me puse en contacto con un preparador físico que estaba allí y me hizo una entrevista por Skype. La oferta inicialmente era para Kuwait y no para algo relacionado con el fútbol, sino para entrenamientos personales en un gimnasio. En Bahrein querían un preparador físico español, con experiencia, y lo vi como otra oportunidad y acepté". "Allí trabajé en el Riffa, de la máxima categoría. Tiene mucho tirón ser español porque conocen nuestra liga, a los ejercicios de rondo les llaman tiki taka... Todos miran a España y su estilo de juego. Estuve dos meses, porque la competición termina en invierno. El sueldo es medio pero con unas condiciones muy favorables porque te pagan vivienda, coche, facturas, internet, teléfono.... Con la mayoría de jugadores hablaba en inglés y con el resto me comunicaba a través del segundo entrenador, que me traducía al árabe".

La vida y el trabajo en ambos países no tienen nada que ver. "El club en el que trabajé en Chile lo comparo un poco con el Recre, luchador, cercano, familiar, en una localidad con 80.000 habitantes y mucho apoyo de los directivos; están en un proceso de evolución y no llega a ser del todo profesional. Bahrein es una liga de segundo nivel pero hay más profesionalismo, aunque los estadios están casi vacíos, apenas hay público". "Me llamó la atención que en Bahrein no hay vida social, debido al excesivo calor no hay gente sentada en los bares, se concentran más en las casas o en los centros comerciales; entre ellos la relación sería más fluida pero con los extranjeros no se relacionan tanto. En cuanto a la comida, es parecida, hay mucha diversidad y no tenía problemas para hacer la misma dieta que en nuestro país".

Asia le sigue tirando a este onubense inquieto, con la maleta siempre a punto para viajar: "Ahora se abre el mercado asiático y tengo algunos proyectos en mente, pero nada cerrado. Conozco varios países y culturas y me llama mucho la atención esa zona del mundo, me gustaría trabajar allí para seguir creciendo profesional y personalmente".

Le encantaría que le ofrecieran un proyecto en su tierra, ya que "en Huelva nunca he trabajado; tengo relación con algunos jugadores de la primera plantilla del Recre, pero mi trabajo no se conoce aquí". La labor de un preparador físico "se basa, principalmente, en que todo el grupo tenga el mismo nivel, que es lo más difícil de conseguir. Tienes que tener en cuenta muchas variables, hay jugadores que gozan de muchos minutos (titulares), otros tienen menos ritmo de competición, y si se lesiona alguien el que entre debe estar al mismo nivel. A nosotros los jugadores nos ven como el policía bueno, conversan con nosotros, nos dan opiniones... El policía malo es el entrenador, el que quita y pone a los jugadores".

Otra parcela importante en su trabajo está relacionada con los hábitos de vida, como reconoce Javier Sánchez Flores: "En Chile, con las categorías inferiores, nos centramos mucho en temas como la alimentación; contábamos con un nutricionista, masajista, médico... y eso te permite centrarte más en tu trabajo; esa es la diferencia entre estar en un club con más o menos posibilidades. España es una primera potencia y pionera en muchos aspectos, aporta mucho en este ámbito".

De cara al futuro, a este onubense emprendedor le gustaría "asentarme más en mi profesión, aunque el fútbol lo que más tiene es inestabilidad. Tengo un hándicap y es que me he movido solo, no he tenido la oportunidad de estar junto a un técnico que haya apostado por mi trabajo y al que pudiera acompañar como parte de su cuerpo técnico", concluye el preparador físico onubense.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios