Recreativo | almería · la crónica

Empate insuficiente

  • El bloque Víctor sigue apostando por un once tipo y recuperó a Javi Guerrero para formar su equipo habitual Mejor en el segundo tiempo El Recre fue superior en la continuación, donde mereció ganar

El Recreativo firma un empate que no colma todas sus apetencias. Y es que el cuadro onubense, especialmente por lo que realizó en el segundo periodo, se quedó con hambre. Porque el cuadro albiazul, en ese segundo tiempo, dominó ampliamente a su rival, le metió en su parcela y obligó al meta Alves a sacar el tarro de sus esencias para evitar que el segundo gol llegara.

Dos caras tuvo el partido. Porque a un primer tiempo con poco fútbol, casi sin ocasiones, pero con dos goles, uno para cada equipo, siguió un segundo tiempo en el que el equipo de Víctor Muñoz fue mejor que su oponente y disfrutó de suficientes ocasiones como para haber decantado el partido de su lado. Su mala puntería y, sobre todo, las atinadas intervenciones del meta Alves, impidieron el triunfo local.

Pero antes de llegarse a los mejores momentos del Decano, el aficionado tuvo que soportar un primer periodo tedioso. Empate al descanso, el mismo resultado que, a la postre, campearía al final del encuentro. Justo en el intervalo, no tanto al final.

En el primer tiempo ninguno de los dos equipos hizo mucho más que el adversario por merecer más ventaja.

La mejor noticia del primer tiempo, para el Recre claro, fue que Sinama Pongolle vio puerta de nuevo. El francés lo llevaba buscando desde hacía mucho tiempo -demasiado-. Tenía que ser el jugador referencia del Decano esta temporada, y los dos goles que hizo en las dos primeras jornadas llenaron de optimismo al aficionado albiazul. Pero luego llegó su lesión y la larga travesía en el desierto goleador. Sequía rota ayer. Necesitaba el gol el francés y por supuesto el Recre.

Lo malo para el Recre, y esa es la cruz de la moneda, que su ventaja en el marcador fue efímera. Apenas seis minutos, un poco más eso sí de lo que duró su renta en Villarreal. Porque el Recre volvió a tropezar en la misma piedra, en las jugadas a balón parado. Esta vez fue la estrategia, que le funcionó a las mil maravillas al equipo de Emery. Córner al borde del área por donde apareció Mané para engatillar un pelotazo a la escuadra.

El Recre volvió a la cruda realidad. No había hecho más que su rival para ir por delante, y de pronto se encontró con el empate. Antes y después de los goles, poquita cosa. Nadie quería cometer errores, sabedores los dos equipos de la importancia que tenía sumar los tres puntos. Por eso se vio poco fútbol.

Antes de los goles quien más inquietó fue el Almería, con dos centros peligrosos que no remataron bien; luego le tocó al Recreativo, con un par de disparos de Carlos Martins y de Martín Cáceres. Poco trabajo para los porteros.

Entre medias dos jugadas para polemizar. La primera unas posibles manos fuera del área de Sorrentino que Rubinos Pérez ignoró; y la segunda, un posible penalti -empujón a Iago-, que Rubinos Pérez también pasó por alto.

No dio mucho más de sí un primer periodo en el que quedó patente que los dos equipos valoran enormemente sumar y corren los riesgos necesarios. Y eso que siempre quedó flotando en el ambiente de que las dos delanteras podían superar a las defensas contrarias a poco que apretaran el acelerador. Ahí estuvo el problema.

La segunda parte fue diferente. El Recre le metió una marcha más al partido y el balón ya fue suyo por completo. Aunque la primera aproximación peligrosa fue del Almería, antes del primer minuto de la reanudación, con un corte providencial de Iago Bouzón, el partido tuvo color albiazul.

No tardó en coger la manija del partido. Javi Guerrero se multiplicó, apoyando a Jesús Vázquez y a Carlos Martins a la hora de crear juego. El resultado fue que el Recre metió en su parcela a un Almería que desde el minuto cinco de este segundo tiempo dio la impresión de dar por bueno el empate.

Y buena parte de culpa de esa igualada la tuvo su portero Alves, que sacó cuatro manos soberbias a Javi Guerrero (dos), a Sinama Pongolle y, sobre todo, a Martín Cáceres, en una acción que se cantó como gol.

Fue un Recre más compacto, con las líneas más juntas, sin dar opción a un Almería cada vez más conservador y conformista y llegando arriba con frecuencia. Le faltó, como viene siendo la tónica habitual esta temporada, el tiro de gracia. Por eso no pudo mover el empate, el cuarto consecutivo entre Liga y Copa.

Un punto es poco botín, pero como se dijo en su día tacita a tacita...

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