Deportes

Disuasión contra la trampa

  • La organización ha tejido una red de controles imprevisibles y estudiados de cara a prevenir el peligro del dopaje

El Tour de Francia ha puesto su dispositivo antidopaje para la edición de 2008 en manos de la Agencia Francesa de Lucha contra el Dopaje (AFLD), que ha tejido una red de controles destinada a colocar una disuasoria espada de Damocles sobre la cabeza de los ciclistas tentados por el dopaje.

El presidente de la AFLD, Pierre Bordry, afirma que su objetivo no es hacer muchos controles, sino que éstos sean lo suficientemente imprevisibles y dirigidos para que los tramposos no duerman cómodos.

Por primera vez el nombre de los ciclistas que deberán pasar controles urinarios no se dará a conocer hasta que el pelotón haya superado la línea de meta. Sólo el ganador de la etapa y el maillot amarillo sabrán de antemano que deben entregar su orina, mientras el resto tendrá la duda hasta el último momento.

La AFLD ha contratado a ocho guardaespaldas especialmente preparados que acompañarán en todo momento a los ciclistas seleccionados para pasar controles entre el final de la etapa y el lugar del análisis, lo que "permitirá evitar toda tentación de manipulación" de las muestras. A los controlados tras la carrera se sumarán los que deberán someterse a examen en sus hoteles, tanto por la mañana como por la noche, por sorpresa y sin previo aviso. Los resultados de esos controles serán conocidos en menos de 72 horas.

Una pieza falta en el puzzle antidopaje de la AFLD. En su pretensión por dirigir los controles a los ciclistas con niveles biológicos anormales, Bordry había solicitado a la Unión Ciclista Internacional (UCI) la lista de los corredores sospechosos según los datos recogidos para la elaboración del pasaporte biológico.

Pero la UCI, en abierto conflicto con la el Tour, se ha negado a entregar el nombre de los 23 ciclistas que, según sus datos, figuran en la lista de sospechosos.

"Es incomprensible", asegura Bordry, quien considera que la UCI antepone su batalla con el Tour a la lucha contra el temido dopaje.

Pero el presidente de la AFLD afirma disponer de datos suficientes de los ciclistas para poder deducir los que son sospechosos. Los controles efectuados en los días previos al inicio del Tour y en los lugares de entrenamiento de los equipos han servido para ello.

Por primera vez, durante el Tour se han organizado controles para buscar en tiempo real hormona del crecimiento, para lo que la AFLD ha contratado al laboratorio de Lausana, el único con el de Londres que dispone de un sistema para detectar este dopante sin congelación previa de la sangre.

En paralelo, la Federación Francesa de Ciclismo (FFC) procederá a algunos controles sanguíneos previos al inicio de la etapa para descartar a los ciclistas cuyos niveles no sean aptos para tomar la salida.

Todo ese arsenal de controles servirá, además, para imponer sanciones, por parte de la FFC en lo que se refiere a los ciclistas de nacionalidad francesa, y de la AFLD en los corredores extranjeros, que deberán ser ratificadas posteriormente por la Unión Ciclista Internacional.

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