La cuarta jornada dejó marcadores importantes, al margen de lo que sucedió en el grupo de España. Así, en el Grupo D, Serbia logró un buen punto en casa de Gales (1-1), en un partido en el que el Bale fue el más destacado.

El jugador del Real Madrid adelantó a su selección, y cuando todo hacía prever que los tres puntos se quedarían en territorio británico apareció Mitrovic, en el minuto 86, para establecer el empate final en el marcador. En los otros dos partidos, Austria pinchó en Viena ante Irlanda y dio un paso atrás en sus aspiraciones mundialistas. Un tanto de McClean le bastó a los irlandeses para ganar y situarse en lo más alto de la tabla. Georgia y Moldavia, don endebles equipos, no pasaron del empate (1-1).

En el Grupo I, Croacia dio un golpe de autoridad para hacerse con el liderato en solitario del grupo, gracias a un doblete de Brozovic. El interista abrió el marcador en la primera mitad y sentenció en el descuento, con dos tantos desde fuera del área. El retorno de Modric tras su lesión cerró el capítulo de noticias positivas de un combinado croata que sufrió la lesión de Kovacic y la expulsión de Perisic, pieza clave para Ante Cacic. La selección islandesa apenas pudo llevar el peligro a la meta local defendida por Subasic, aunque Bodvarsson tuvo en sus botas la igualada en una ocasión que desperdició. Con este resultado, Croacia se mantiene líder e invicta al frente del Grupo I, seguida por una Ucrania que tampoco perdió. Los de Andriy Shevchenko se impusieron a Finlandia gracias a un solitario gol del jugador del Granada Kravets. El delantero decidió un difícil duelo en el que los ucranianos acabaron pasando apuros frente a un rival que aún no conoce la victoria. Tampoco lo hizo Kosovo, que cayó frente a la selección turca encabezada por Arda Turan.

Los otomanos encontraron en la segunda parte la efectividad que no tuvieron en la primera. Los goles de Burak Yilmaz y Volkan ' decantaron el choque y supusieron la primera victoria de Turquía en la fase de clasificación.