Hércules-recreativo

Campanada oportuna (0-1)

  • El Decano necesitaba estrenar su casillero de puntos para aplacar las dudas de las primeras jornadas. Álvaro Cervera hizo crecer a su equipo gracias a una gran solidez defensiva.

Mérito y necesidad a partes iguales. Al Recreativo le urgía tanto el triunfo como difícil parecía lograrlo en el Rico Pérez. Dos elementos que casan mal. Cuando el agua comienza a asomar por el cuello no es el momento de alardes naúticos, sino de sostenerse a flote y avanzar de cualquier forma.  

 

Al Decano pareció darle igual su situación, no así la entidad del oponente. Planteó el encuentro perfecto para el rival del que se trataba. Le negó el cuerpo a cuerpo que tanto daño le habría ocasionado y le planteó una guerra de guerrillas que desgastó durante más de una hora a un Hércules que cuando necesitó reaccionar estaba fuera del partido.

 

El Recre es un equipo modesto, pequeño de la categoría. Ya perdió su estela de aspirante a algo. Hoy en día es uno más del amplio grupo cuya meta es evitar apuros hasta el final del campeonato. Para estos conjuntos los puntos son puntos en su campo o en la Conchinchina. Buscar un despliegue de fútbol o encandilar con un juego vistoso es un lujo que se antoja difícil de ver más que en momentos puntuales.

 

En cambio, para ser competitivo y dejar de ser el Decano perdedor que denunció su entrenador debe reunir esas características que por fin mostró en Alicante. Si el Recre se llevó los tres puntos ante un oponente de temible potencial no fue por su mejor fútbol, sino porque hizo lo que debía. Jugar bien no siempre es jugar bonito, sino ofrecer en cada momento lo que las circunstancias requieren. Fue ordenado y serio, se defendió con criterio y rigor. Se dejó en Huelva la bolsa de los regalos y se llevó puesto el mono de trabajo. Suficiente para convertirse en un conjunto rocoso. A partir de ahí  el Dios Balón impondría su dictamen.

 

Sucedió que el choque discurrió por los derroteros lógicos. Ante un equipo onubense replegado, el Hércules tomó la pelota y dispuso del dominio ficticio del duelo, pero nunca de la situación. Circuló el esférico por esa zona anodina donde no se crea peligro alguno y cuando superó la primera línea de presión se encontró una zaga bien atrincherada. Con todo su potencial ofensivo y la presencia de hombres en el campo como Callejón o Abel Aguilar apenas hubo algún acercamiento con verdadero peligro.

 

Nada que ver con el Recre. Ataques elaborados planteó pocos. No era el arma. Con Juan Villar y Danilo Peinado fajándose con toda la defensa alicantina, los albiazules buscaron siempre el contragolpe. Javi Álamo lo intentó en varias ocasiones por banda, aunque la más clara la tuvo Juan Villar en un lanzamiento al poste después de recorrer medio terreno de juego en una salida frenética (22').

 

La desesperación comenzó a cundir en el Hércules. Tuvo la suya que malogró Callejón en el minuto 52. La más clara y la última. Las prisas comenzaron a acelerar el juego local, para gozo recreativista. 

 

Cervera decidió retocar el equipo. En esta ocasión no era para reconducir la situación como en las jornadas anteriores, sino para apuntarla. Refrescó el ataque. Los agotados Juan Villar y Danilo Peinado dejaron su sitio a Pablo Sánchez y Sergi Enrich. El tiempo tardó en dar la razón a los cambios. Los sustituidos habían hecho el trabajo de gasto, los que entraron remataron la faena. Una contra montada entre ambos la culminó Enrich en el tanto del triunfo (72'). 

 

Primera ventaja de la temporada en el marcador, en un escenario de campanillas y con una eternidad por delante. Una buena ocasión para calibrar el grado de madurez de una plantel en el que llegaron a estar seis debutantes en la categoría. Aprobaron con nota. Es el camino. 

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