El Málaga rescató un punto ante un Osasuna conservador, pero súper efectivo, ya que llegó dos veces a portería y marcó un gol.

El conjunto malagueño presentó unas estadísticas aterradoras. Once partidos sin ganar, más de tres meses sin conseguir una victoria, la única como local ante el Atlético de Madrid el pasado 30 de agosto y el equipo de Primera División que lleva más tiempo sin obtener un triunfo.

En cambio, el equipo osasunista, llegaba a Málaga tras ganar al Zaragoza en La Romareda, con 15 puntos, bien colocado en una posición cómoda.

El primer remate del Osasuna fue en el minuto 20, tras un cabezazo del iraní Masoud, flojo, y que no tuvo ningún problema el guardameta Gustavo Munúa, para hacerse con el balón. El Málaga dejaba espacios en el centro del campo, pero no los aprovechaba el equipo osasunista.

El Málaga pudo desnivelar el marcador en el minuto 25, con un lanzamiento de Fernando en el punto de penalti, que el guardameta Ricardo, en una gran intervención, desvió el balón a córner con la mano derecha. Obinna lo volvió a intentar con un disparo lejano que se fue fuera.

Nada más iniciarse la segunda mitad, una indecisión de la defensa del Málaga, tocó de cabeza Aranda y el balón lo remató el iraní Masoud. Máxima eficacia para un equipo que en la primera parte había tirado dos veces a puerta.

El empate sólo podía llegar de estrategia y a balón parado, y así fue. El gol llegó en una falta lanzada por Apoño, rasa, a nivel de césped, que no tocó nadie y despistó a Ricardo, a falta de ocho minutos para el final.