La contra crónica

Andanada en la línea de flotación

  • Si el abultado marcador de Palma pasa factura es algo que se puede empezar a comprobar el sábado ante el Murcia · La derrota es un parón en la recuperación anímica y de juego del equipo albiazul

Malos tiempos para la lírica. Malos tiempos para hablar de buenas sensaciones. Malos tiempos para pensar más allá de lo que pueda deparar un, esperemos que no, irreparable 7-1, que ha entrado en la historia del Recre.

Malos tiempos. Pero tiempos, afortunadamente, para reflexionar, para pensar en lo sucedido, para tratar de poner los remedios idóneos para que situaciones como las que se dieron el domingo no se repitan.

7-1. Si es una andanada en la línea de flotación del Recre lo veremos en los próximos encuentros. Si la goleada mina la moral de unos jugadores que ocho días antes le habían dado un repaso al equipo que más opciones tiene de ganar la actual Liga, sólo el devenir de la competición lo dirá.

No es hora de dramatizar. No creo que ningún aficionado del Recre se fuera a la cama el domingo con una sonrisa por lo que hizo su equipo. Doy por hecho que los aficionados -y sobre todo los profesionales- acabaron el partido dolidos, escocidos y muy tristes. Pero pasadas las primeras horas del varapalo son necesarias las reflexiones y, sobre todo, son vitales las posturas que ayuden a mantener la calma.

La botella medio vacía o medio llena. Según se mire. Medio vacía -o casi vacía si se quiere- si nos quedamos en el 7-1, en el impacto que supone ser noticia noticia deportiva en los telediarios por la goleada encajada; pero también la botella medio llena -o con un poco- si vemos que la tabla apenas sufre muchas alteraciones, y que el Recre está a tiro de un partido para salir de la zona de descenso.

La Liga es una carrera de fondo. A lo largo de la competición el Recre, a mi modo de ver, ha pasado por momentos mucho más delicados que los actuales. Aquellos en los que en cinco o seis partidos no daba sensación de reaccionar, o cuando sumó un punto en tres partidos -dos de ellos en casa-, racha que fue la gota que colmó la paciencia del consejo y decidió prescindir de Víctor.

Curioso, pero el Recre ha sumado un punto en los últimos tres partidos y las sensaciones que tiene una buena parte de la aficiòn son completamente diferentes a las de hace un mes. Entonces el empate ante el Betis y las derrotas con el Getafe y el Sevilla fueron una losa, ahora, el empate con el Valencia, y las derrotas ante Iturralde y el Mallorca -muy dura ésta, eso sí- no las veo como una losa. A menos que nos quedemos parados con el marcador que se dio en Palma.

La vida sigue para el Recre, que el sábado tiene otra prueba de fuego. Luego, por supuesto, llegarán más. Será ante el Murcia cuando se empiece a comprobar si ese 7-1 es algo más que una derrota muy abultada. Será en ese partido cuando se pueda calibrar, ya de una forma más certera, si este Recre está hecho a prueba de bombas o, por el contrario, la andanada sufrida ha dado de lleno en la línea de flotación y el que equipo ya no flota. El sábado será.

Lo de Dani Güiza con el Recreativo de Huelva es propio de la peor de las pesadillas. Siempre que el jerezano se mide a los albiazules marca un gol. En el caso del domingo, fueron dos; una anécdota, casi, en pleno vendaval. Pero una contrariedad, al fin y al cabo. El mallorquinista no guarda un buen recuerdo de su paso por el Decano y lo manifiesta en forma de castigo cada vez que puede. ¿Habrá saciado ya su venganza?

Marco Rubén fue a estrenarse como titular y como goleador albiazul en el peor día de la temporada para el Decano. Su tanto (3-1) pasó desapercibido enmedio de la debacle recreativista. Ni siquiera lo celebró; corrió con el balón para el saque de centro. Esperemos que lo repita en mejores circunstancias.

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