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Modestas preocupaciones

  • Malpaso publica las 'Prosas reunidas' de la gran poeta polaca, en su mayoría textos sobre sus lecturas cuya precisión y sabiduría asombran.

La poeta, ensayista y traductora polaca Wislawa Szymborska (Kórnik, 1923-Cracovia, 2012).

La poeta, ensayista y traductora polaca Wislawa Szymborska (Kórnik, 1923-Cracovia, 2012).

Los que nos dedicamos a este oficio de escribir sobre libros ajenos no podemos sentir más que una punzante y sana -o no tan sana- envidia de Wislawa Szymborska, y no sólo porque resulta enormemente complicado acercarse siquiera a la pureza y precisión de sus comentarios. Su capacidad de apuntar alto en sus reseñas mirando a lo más cercano, hablando de casi todo, y, en apariencia, muy poco del libro en cuestión, es sencillamente apabullante. Leyendo la amplia recopilación de artículos suyos publicados en periódicos y revistas que se recogen en Prosas reunidas, no deja de sorprendernos su libertad, su modesta sabiduría y su capacidad para encontrar su lugar en un mundo que a veces fue benévolo con ella y otras terriblemente adverso.

El lector avezado también se sentirá celoso de la capacidad de la Nobel polaca para atinar con casi todas sus lecturas. Y no porque leyera únicamente buenos libros, sino porque tenía una implacable capacidad para sacar algo bueno de todos ellos: de aquellos que le deparaban momentos inolvidables y grandes enseñanzas, pero también de los que le gustaban sólo un poco o nada.

Los escritores deben de sentir también envidia y celos de la habilidad de Szymborska para construir breves piezas maestras destinadas, en principio, a diluirse en la maraña del tiempo, a perder la vibrante actualidad que reviste al ensayo periodístico sobre novedades editoriales. Siguen siendo, sin embargo, perdurables y actualísimos fragmentos de vida que conservan su frescura y que transmiten la pasión indiscutible de una escritora que aseguraba que el "Homo ludens con un Libro es libre".

Prosas reunidas está estructurado en tres secciones. La primera recoge, incluyendo el prólogo de la autora, el libro Lecturas no obligatorias. La segunda comprende Otras lecturas no obligatorias, un conjunto de artículos también recogidos en un libro anteriormente, mientras que no se aclara la procedencia de los incluidos en la tercera parte: Más lecturas no obligatorias. Quizás hubiera sido pertinente que el traductor y responsable de la edición, Manel Bellmunt Serrano, hubiese añadido en su acertado prólogo algunos datos sobre este aspecto.

Como apunta Bellmunt Serrano en su texto introductorio, Wislawa Szymborska desconfiaba de su capacidad para la prosa. Tal vez por eso, siempre consideró el escribir un oficio, y como oficio lo ejerció durante largos años dejando su impronta en cada comentario sobre libros de literatura, divulgación, manuales, diccionarios y hasta calendarios ilustrados, "el único libro que no se propone sobrevivir a nuestra muerte".

A través de sus artículos, Szymborska nos delata su amor por las cosas pequeñas, esencialmente por la naturaleza, por los libros sobre temas pintorescos, por los acontecimientos inusuales que acaban convirtiéndose en símbolos perdurables, como el canto un pájaro o el sistema de reproducción de las amebas. También escribe con gusto que transmite al lector sobre grandes escritores clásicos, sobre otros cercanos, sobre cineastas, pintores y músicos. Su curiosidad no tiene límites, su interés por los asuntos más variados, tampoco.

En casi ninguna de estas piezas breves falta el sentido del humor, la fina ironía, el guiño al lector. "¿Acaso no necesitamos en la vida y en arte el hallazgo de una seriedad sin pretensiones? ¿De una seriedad indecente? ¿De una gravedad ingeniosa? ¿De una que sea bienhumorada?", dirá en El humor como hermano menor.

Son estos escritos, que comparten temas y actitud vital con sus poemas, tremendamente personales. Sobre todo los reunidos en Lecturas no obligatorias, que sus biógrafas Bikont y Szczesna diseccionaron en busca de detalles autobiográficos cuando se impusieron la tarea de escribir sobre la vida de una autora a la que nunca le gustó hablar sobre sí misma.

Estos artículos rezuman también actualidad. Encontramos en muchos de ellos una crítica mordaz a los males de su tiempo, que apenas difieren de los males del nuestro. Los libros que comenta le sirven de excusa para hablar de lo que le preocupa, aunque el argumento del texto comentado no tenga ni por asomo relación con su reivindicación latente. Es lo que ocurre en Imágenes que hablan, en el que reseña un libro sobre escritura china. Mientras comenta algunos ideogramas, acaba haciendo un alegato feminista: "Esposa es una mujer y una escoba; amante, una mujer y una flauta. Desconozco la existencia de un signo que represente el ideal al que nos conducen todas las revistas europeas para la mujer: la fusión de la escoba y la flauta".

"Claro que tengo mayores preocupaciones, pero eso no es motivo para que no tenga otras más modestas", dice Wislawa Szymborska en su artículo Botones. Y con esta declaración de principios reivindica la grandeza de lo sencillo, la importancia de lo que a pocos importa.

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