Jueves Santo Horarios, itinerarios y recorridos del Jueves Santo y Madrugada en la Semana Santa de Cádiz 2024

No se puede amar lo que se desconoce, de ahí que el flamenco y los artistas que lo han paseado por todo el mundo no hayan gozado del prestigio y el reconocimiento que merecen ante las administraciones y la sociedad en su conjunto, hasta ahora. Los artistas más destacados e influyentes del resto de disciplinas artísticas, por lo general, sí ocupan el lugar que les corresponde en las ciudades que les vieron nacer, lo que en paralelo genera riqueza, aun décadas después de pasar a mejor vida. Pero en cambio los flamencos permanecen en el olvido, con lo que a los aficionados, que son legión, les resulta imposible seguir su huella porque, sencillamente, se ha permitido que se borre con el paso del tiempo.

El Museo Picasso, consagrado al artista más decisivo del siglo XX, ha cambiado por completo la imagen que proyecta Málaga. Por no hablar de ciudades como Salzburgo, el mejor escenario musical del planeta en honor a su hijo predilecto. La Semana de Mozart en enero, los Festivales de Pascua, los conciertos de Pentecostés, las Jornadas Culturales de Octubre y los Cantos de Advenimiento, por no hablar de su Casa Natal, son sólo una muestra del partido que se le puede sacar a los genios a la vez que se les rinden honores. Andalucía todavía no ha logrado impulsar la industria cultural alrededor del flamenco. La mayoría de festivales y peñas sobreviven como pueden, y pocas ciudades suelen estar a la altura de su nómina de artistas. Lejos de nuestras fronteras, por el contrario, se organizan eventos flamencos de primer nivel que son un éxito de crítica y taquilla. Y aquí cuando llega el turista más despistado aún le cuesta creer que volverá a casa sin escuchar una soleá. Y no será por falta de cantera -inagotable y colosal, por cierto- sino por culpa de la desidia. Han tenido que pasar 25 años, sin ir más lejos, para que San Fernando se incline ante Camarón como merece. Al margen del amplio programa de actividades, hay que celebrar que ya está comprometida la financiación para su museo junto a la Venta Vargas. Pero por desgracia, no sólo estamos en deuda con José Monje Cruz. Una placa y una escultura no hacen justicia a la impresionante nómina de artistas que ha parido esta tierra y que sólo están en la memoria de sus incondicionales. La lista es interminable, aunque queda el consuelo de ciudades como Algeciras, que no han perdido un segundo a la hora de situar a Paco de Lucía en el trono que le corresponde.

La prodigiosa garganta de Camarón abarcó todos los estilos en un gran puñado de discos, que en su mayoría son reconocidos como obras maestras, lo que le otorgó una gran una popularidad y difusión universal. Su cante desplegó un brillo y una madurez para pintar, con su particular quejío, todos los colores del cante, desde la luz a la oscuridad, con ángel y temperamento. Su inquietud le llevó a innovar en el tiempo con un disco de leyenda. De hecho, si Camarón es inmortal es porque fue un adelantado de su tiempo. Alcanzó la fama sin darse cuenta de que revolucionó el arte jondo hasta convertirse en un clásico elevado a la categoría de mito. Su poderoso magnetismo llega hasta nuestros días y, como se dijo de Mozart, no veremos otro talento ni parecido en cien años.

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