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El gen mutante

  • Esta edición, en gran formato y con numerosos extras, es la puerta de entrada ideal para cualquiera que pretenda acercarse a esta serie

Los mutantes de la serie.

Los mutantes de la serie.

Tras el despido del guionista Chris Claremont, en 1991, el sub-universo mutante de Marvel entró en una larga barrena creativa. Con su tono irónico y desenfadado, Lorenzo Díaz lo explicaba así en el Diccionario de superhéroes publicado en 1996: "Sin Claremont, los Hombres-X han pasado del melodrama al culebrón, del sufrimiento personal al cilicio, de la personalidad al tópico, de lo inteligente al estulto". Este crepúsculo de calidad se prolongó (salvo honrosas excepciones) hasta 2001, cuando, a rebufo del taquillazo de Brian Singer con X-Men (2000), la Nu-Marvel de Joe Quesada decidió poner la Patrulla-X en manos de Grant Morrison. En el célebre "Manifiesto Morrison", un documento con ideas para relanzar la franquicia, el escritor diagnosticaba la pésima situación de los mutantes: "Cómics como la Patrulla-X han pasado del pop libre y avanzado al retro prudente y chungo. Lo dinámico pasó a ser estático: los personajes muertos siempre vuelven, nada de lo que ocurre acaba importando. Nunca se deja espacio para nuevas creaciones que puedan desarrollarse y crecer. El cómic se ha cerrado en sí mismo y está infectándose como una uña del pie. (…) y en esta última década las ventas han bajado de varios millones a cientos de miles [de ejemplares]".

Acompañado de un portentoso Frank Quitely, Morrison comenzó a reescribir la historia de los mutantes en el número 114 de New X-Men (2001), coetáneo de otro tebeo rabiosamente rompedor, el X-Force (más tarde renombrado X-Statix) de Peter Milligan y Mike Allred. Estos dos títulos fueron dinamita, y establecieron un nuevo paradigma, un nuevo horizonte cargado de soluciones inesperadas e ideas extravagantes que devolvieron la relevancia a los Hijos del Átomo. Frente a esos dos títulos, La Increíble Patrulla-X (que es como traduce el nuevo tomo de la colección Marvel Integral la serie Astonishing X-Men, iniciada un poco más tarde, en 2004) se lee como una vuelta al orden, a la esencia, al modelo clásico de Chris Claremont. "Eso no significa que Astonishing X-Men sea solo para fanboys viejunos", escribe Brian K. Vaughan en la introducción del volumen (significativamente titulada La Patrulla-X no es un cómic, es una droga), "pese a su obvia referencia a cuarenta y pico años de material de origen, te desafío a buscar una historia de la Patrulla-X más accesible que esta. Así es, con su claridad argumental y su cuidado en la caracterización de personajes, con el estilo cinematográfico, trepidante y espectacular, de sus dibujos, la serie de Joss Whedon (creador de Buffy Cazavampiros y Firefly, y director, un poco más tarde, de las exitosas películas de Los Vengadores) y John Cassaday (el genio gráfico del Planetary de Warren Ellis), Astonishing X-Men es la puerta de entrada ideal para cualquiera que pretenda acercarse a los mutantes en el siglo XXI. Esta edición, en gran formato y con numerosos extras, contiene los dos primeros arcos argumentales (El don y Peligroso), esto es, los 12 primeros números de un tebeo diseñado para reconciliarnos con los mutantes.

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