Cine

Una gala con protagonista en ausencia

  • Reyes Abades, fallecido este jueves, es candidato por 'Oro' y 'Zona hostil'

Abades, en una imagen de 2003.

Abades, en una imagen de 2003. / efe

Será, tristemente en ausencia, uno de los grandes protagonistas de la noche. Con la muerte el pasado jueves a los 68 años de Reyes Abades, el cine español ha perdido a su mago de los efectos especiales. Así lo atestiguan los nueve Goyas en su historial por sus trabajos en películas como ¡Ay, Carmela!, Beltenebros, El día de la bestia, El laberinto del fauno o Balada triste de trompeta. Y hoy, además, el pacense puede ser distinguido una vez más ya que es candidato, y por partida doble: Zona hostil y Oro.

No faltarán en la ceremonia, a buen seguro, recuerdos emotivos a este pacense (nació en Castilblanco) que se labró un oficio y una reputación imbatible a base de hacer real lo irreal y creíble lo imposible. A ello se dedicó durante medio siglo, que le dio para colaborar con todos los grandes de la cinematografía nacional, desde Buñuel a Saura pasando por Almodóvar, y con directores internacionales asentados en Hollywood como Guillermo del Toro.

Con 16 años, conoció en Madrid de forma casual a Manuel Baquero, pionero español de los efectos especiales. Así empezó a hacer sus primeros trabajos en Cromwell o Patton. En 1979 creó su propia empresa y el primer encargo que recibió fue El corazón del bosque de Manuel Gutiérrez Aragón. Le siguieron Navajeros de Eloy de la Iglesia, Deprisa, deprisa de Saura... y así hasta 274 créditos. Días contados, Tierra, Buñuel y la mesa del rey Salomón y Lobo, junto a los títulos citados al principio, completan sus trabajos coronados con el Goya. Fuera del cine también tuvo que lidiar con las enormes expectativas -airosamente a la postre- que despertaron sus colaboraciones en las ceremonias de apertura y clausura de los Juegos Olímpicos de Barcelona y en la cuasi mítica -al menos en la memoria sentimental de los sevillanos- Cabalgata de la Expo.

"Ha muerto la mitad del cine español", lamentó ayer Álex de la Iglesia. "Amo esta profesión porque está compuesta por hombres como él. Cuando John Ford habla de los profesionales del cine, se refería a él. Nos mirábamos a los ojos y sentíamos el vértigo de hacer algo imposible. Ya nada va a ser igual", señaló el bilbaíno. "Era un tipo formidable", recordó por su parte Arturo Pérez-Reverte. "Deja en nuestro cine un agujero grande, como un disparo de postas hecho con una de las escopetas de sus magníficos efectos especiales", añadió el escritor y académico. Juan Antonio Bayona, que evocó su "magia", y Antonio Banderas, que se declaró "consternado", también expresaron su pesar por la pérdida.

Deja Abades, por cierto, tres trabajos para sendas películas ahora en fase de posproducción: El hombre que mató a don Quijote de Terry Gilliam, El reino de Rodrigo Sorogoyen y Tiempo después de José Luis Cuerda. Así que tal vez, quién sabe, en una especie de último truco, la de esta noche no será la última oportunidad para recordar (y premiar) el ingenio de un hombre que amó su oficio.

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